7 de octubre de 2023

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ESPAÑA: EN EL ESPÍRITU DE LA TRANSICIÓN

Por: Enrique Kuadra Etxeandia (*).

28 de enero de 2007

El bombazo de ETA ha puesto de manifiesto la profunda crisis que afecta a todo el entramado político surgido tras la denominada Transición. Dos fueron los fundamentos en los que se apoyó aquel lavado de fachada que se dio el régimen -surgido tras el golpe fascista del 18 de julio de 1936- para superar la grave crisis por la que atravesaba: consenso y reforma. Consenso, como forma, o método, de superar las contradicciones que se daban en el seno del propio régimen; y reforma, como materialización de ese consenso. Se rechazaba así todo enfrentamiento que atacase las bases del régimen constituido y toda reivindicación que sobrepasase el marco establecido, cuyos límites quedaron reflejados en la llamada Constitución "democrática". De esta forma, el régimen se aseguraba su supervivencia sin que desde su legalidad pudiese sufrir sobresaltos que minasen el poder de la clase dominante.

En el estrecho corsé que esa política impuso a toda reivindicación popular, democrática y radical, se encuentra uno de los factores que define la crisis permanente en que se debate el régimen. Esto es lo que, una vez más, se ha manifestado en el llamado "proceso de diálogo para la consecución de la paz" que ETA ha puesto en evidencia con su respuesta armada a la sinrazón y el enrrocamiento del gobierno de Zapatero.

Por otro lado, se ha tapado la boca, de mala manera, a toda voz discordante que ha denunciado lo que ha sido visible para todo el mundo: que sólo el MLNV había hecho gestos reales para facilitar el diálogo. Sin embargo, este es el hecho más notorio de todo este "proceso" de intento de diálogo y negociación, innegable para todo observador imparcial que no se deje nublar por la intoxicación mediática.

La explicación de esta postura por parte del gobierno, arranca, precisamente, de ese "espíritu de la transición", es decir, de la no concesión al movimiento popular, democrático y revolucionario, de cualquier reivindicación que sobrepase los límites establecidos en lo que se ha dado en llamar "el juego democrático", expresado en la Constitución y las leyes que la desarrollan. Este es el sentido de esta crisis, sólo superable a través de la lucha popular más resuelta.

La pregunta que se hace ahora todo el mundo, más allá de lo meramente noticiable para consumo y conformación de la opinión pública, es la causa de la cerrazón del gobierno en todo este tiempo a dar el más mínimo paso que llevase a distender la situación. ¿O es que no estaba claro que llevar adelante un proceso de estas características se antojaba imposible en los límites establecidos por el gobierno?; a no ser que se acepte la rendición incondicional, lo que no es el caso. Esto lo sabían perfectamente. Es, en esta calculada estrategia, como encaja su comportamiento y cerrazón, a partir de lo cual sólo quedaba provocar la reacción de la otra parte, montar el circo mediático, y presentarse como víctimas de unos y otros; y de hacerlo, además, con el menor coste político que les permitiese seguir sentando sus posaderas en las poltronas gubernamentales. Es decir, han estado jugando entre el cálculo electoral y los límites infranqueables.

La posición mantenida por la burguesía nacionalista vasca es otra de las notas destacadas en este intento de proceso. Jugando a la equidistancia hasta que la posición de firmeza de MLNV les ha obligado a decantarse junto a los representantes de la burguesía centralista para ahogar las reivindicaciones de su propio pueblo. Ni una sola vez han salido a la calle para apoyar las numerosas reivindicaciones por el derecho de autodeterminación o contra las continuas agresiones al movimiento popular. Es el signo de los tiempos que les toca jugar a estos vendepatrias, los Abu Mazen vascos.

¿Y ahora qué? Pues lo que vienen haciendo todos ellos bajo la tutela del Estado: intoxicación y represión. Un binomio que sólo se puede combatir con la firmeza revolucionaria, la resistencia antifascista y la acumulación de fuerzas en torno a las reivindicaciones democráticas.

(*). Preso Político Vasco del PCE (r).