7 de octubre de 2023

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Luis Cipriano el cardenal de la corrupción.

PERU: OPUS DEI DEL FUJIMORISMO AL APRISMO.

15 de septiembre de 2006

El mes de julio pasado Alan García Pérez recibió la banda presidencial y con ello nuevamente se sentó en el sillón de palacio de gobierno. Su primer gesto fue asistir a la liturgia evangélica celebrada en la Catedral de Lima que estuvo a cargo del cardenal Juan Luis Cipriano, a quien se conoce como el autor de la encíclica “los derechos humanos son una cojudez. Al final de la ceremonia religiosa que estuvo centrada en la lucha contra el uso del condón y del aborto, García, el flamante presidente beso la mano del cardenal.

Cipriano es el mismo que desde Ayacucho alentó y sostuvo los crímenes de las fuerzas armadas. Y fue el mismo que en 1996 actuó como agente infiltrado de Montesinos y de los militares en la embajada japonesa que como se conoce fue tomada por un comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). Gracias a la colaboración de Cipriani, los militares dirigidos por Vladimiro Montesinos y el general Hermosa Rios, pudieron entrar a la embajada y asesinar a todos los integrantes de este comando guerrillero.

En Perú la iglesia Católica pertenece al Opus Dei, y su representante es el cardenal Luis Cipriano, que como se conoce apoyó al régimen de Fujimori y fue un enemigo jurado de la defensa de los derechos humanos. Cipriano, que actúa como cualquier vulgar político peruano, colabora ahora con el régimen de Alan García. Sobre este personaje y el la envergadura del nefasto Opus Dei en Peru, publicamos ahora algunas breves notas aparecidas en los medios peruanos.

- Sobre las violaciones de los DDHH.

“En un contexto violento, como él de Ayacucho, los muertos, desaparecidos y abusos son parte del enfrentamiento de la guerra. Los defensores de los derechos humanos le llamarán guerra sucia. Yo creo que la Fuerza Armada tuvo que usar mecanismos para conocer cómo y dónde ocurrían estos asuntos’ (Caretas, 14.94.94)

- Sobre la ley de Amnistía para los militares acusados de crímenes.

“Es una decisión política para lograr la paz interna, porque es necesario perdonar para alcanzar la reconciliación”. (Expreso, 18.06.95)

- Sobre los ciudadanos secuestrados y desaparecidos por los militares.

“Si eso lo llaman desaparecidos. Lo cierto es que los agarraron en una emboscada enfrentamiento y se los bajaron”. (Caretas, 14.04.94)

- Sobre las instituciones de derechos humanos.

“La mayoría de las instituciones de derechos humanos son tapaderas de rabo de movimientos políticos, casi siempre marxistas y maoístas” (El Comercio, 11.03.91)

- Sobre la pena de muerte para los subversivos.

“No podemos permitir que por miedo, el temor y la cobardía de unos cuantos, el país no apruebe la pena capital”. (Expreso, 29.07.93)

- Sobre la visita de la Comisión Internacional de Derechos Humanos, y la defensa de la democracia fujimorista.

“Yo quiero pensar que esta comisión viene para verificar el enorme cambio que hay en el país. Me parece que somos un país civilizado y moderno y por lo tanto, espero que la comisión no venga a plantear fantasías, sino a verificar que en el Perú hay libertad y respeto”. (La República, 10.11.98)

REPRESENTANTES DEL OPUS DEI COPAN CARGOS EN EL ESTADOR (*)

Si bien la presencia de miembros del Opus Dei viene haciéndose más notoria en los altos cargos eclesiásticos de esta parte del mundo, lo cierto es que el ultraconservador grupo ya ha venido copando a través de sus miembros la vida política de países como el nuestro.

Así, tenemos dentro de la escena parlamentaria a gente como Martha Chávez, a quien sus convicciones católicas no le impidieron en cierto momento enfrentar la opinión del entonces cardenal Augusto Vargas Alzamora, cuando éste se opuso a la re-reelección de Alberto Fujimori.

De igual modo, Chávez se olvidó de toda piedad al afirmar que aquellos manifestantes a los que se les dejó irrumpir en el patio de Palacio de Gobierno hace tres años, "merecían un balazo".

Otro "opusdeista" es el ex canciller Francisco Tudela; el mismo personaje que en sus años universitarios en la Católica encabezaba un grupo de tendencia fascista y quien le dijo a Álvaro Vargas Llosa que el Perú necesitaba "un Pinochet" para que se efectúe una "limpieza".

Tudela sería también quien, en un ejercicio de "piedad" eminentemente opusdeísta, apoyó decididamente el indulto a los asesinos paramilitares del grupo "Colina".

Bajo el argumento de "propiciar la unidad nacional", Tudela se encargó de convencer a otros compañeros suyos en el parlamento para que apoyen tal iniciativa. Uno de ellos fue Rafael Rey, otro miembro del Opus Dei.

Éste, junto al periodista Arturo Salazar Larraín (también adscrito al Opus), ha hecho suyas las banderas de la lucha contra los métodos anticonceptivos, a los que parece considerar instrumentos diabólicos.

En ese contexto, la distribución y promoción de preservativos, por ejemplo, es para ellos sólo un mecanismo utilizado por grandes empresas transnacionales para vender y experimentar sus productos.

Salazar Larraín es defensor de una peculiar tesis, que sostiene que el Perú, en realidad, necesita más pobladores y no un programa de control de la natalidad.

Otros personajes vinculados al grupo fundado por José María Escrivá de Balaguer son los parlamentarios Luis Chang Ching y Cecilia Martínez del Solar.

Fernán Altuve Febres, ex integrante de la alianza fujimorista Perú 2000, integra por su parte la Asociación de la Santa Cruz, ente que sería promovido por el Opus Dei.

El perfil es claro: el polémico grupo busca mentes hábiles, de convicciones conservadoras, que sean capaces de llegar lejos y que, desde su encumbrada posición, consoliden la hegemonía de una tendencia ideológica que, a pesar de considerarse parte del catolicismo, contradice varios de los principios de esta iglesia.

* Publicado en el diario Liberación, Lima 31 de enero del 2001.