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Luis Cipriani y la religión chatarra en Perú
Por: Luis Arce Borja.
Luis Cipriani, es el actual cardenal del Perú. Es el jefe del Opus Dei en este país. Este personaje combina la religión con la política. Es conservador, retrogrado y reaccionario. Se ha visto involucrado con los perores regímenes peruanos. Entre el año 1990 y 2000 defendió la corrupción y el crimen impuesto por Fujimori y Montesinos. Más de 70 mil secuestros, despariciones y asesinatos le pareció nada. En ese entonces dijo que la defensa de los derechos humanos era una “cojudez” (algo sin valor).
En el 2001, cuando se derrumbó el régimen de Fujimori y Vladimiro Montesinos, miles de católicos manifestaron en la catedral de Lima contra Luis Cipriani. Estos manifestantes portaban carteles donde se podía leer: "Dios, líbranos de Cipriani", "Cristo es justicia, Cipriani corrupción”. Lamentablemente nada cambio y el cardenal siguió sirviendo a los que reemplazaron a Fujimori.
El cardenal Luis Cipriani, refleja la esencia y naturaleza parasitaria de la religión católica en Perú. La religión hace parte de la crisis y decadencia histórica del sistema político e ideológico de este país. El carácter reaccionario de la religión católica se ha mantenido intocable desde 1492. La iglesia católica fue cómplice del genocidio de millones de peruanos durante la colonia. Los primeros curas llegaron con el invasor y sirvieron de soporte moral a la conquista militar de Perú y América Latina. Esa iglesia oscurantista no ha cambiado con la Republica. Continúa siendo aliado de burgueses, terratenientes y del imperialismo.
Cipriani, no es tan santo como algunos pueden creer. Se ha vinculado a los gobiernos más mafiosos, pero ello no ha sido gratuito ni por fe al santo patrón. En 1991, el corrompido y criminal presidente peruano Alberto Fujimori, lo premio con un sueldo mensual de 55,000 nuevos soles. ($12,500). En el 2006 y 2011 durante el gobierno Alan García, otro presidente mafioso del Perú, el sueldo del cardenal Cipriani se niveló al mismo monto y rango la de un ministro de Estado. Actualmente con el gobierno de Ollanta Humala la iglesia católica sigue enriqueciéndose, mientras crece la miseria, la desocupación y las injusticias sociales.
En el 2013, el investigador peruano Marco Huaco, saco a la luz que el gobierno de Ollanta Humala paga más de 1300 gruesos salarios de la jerarquía católica entre ellos, la del cardenal y obispos. Para el periodo 2013-2014, la iglesia recibió solo para salarios cerca de un millón de dólares. Además de ello, la iglesia, así como los curas y altas autoridades católicas, están exonerados de cualquier impuesto, incluso para la compra de inmuebles y bienes que son alquiladas como viviendas particulares. Diferentes analistas dicen que esta prebenda que recibe la iglesia católica es anticonstitucional.
Durante el conflicto, entre la población de Cajamarca y el proyecto minero Conga en el 2011, el Cardenal se pronunció públicamente para decir: “El método de la violencia está descartado dentro del ámbito de la doctrina social cuando se quiere lograr unos derechos a bases de amenazas”. La campaña del cardenal peruano contra la movilización y lucha de los trabajadores de Cajamarca, no era para proteger la “paz social”, sino por conveniencia personal. Como lo descubrió el Diario 16 Luis Cipriani es la cabeza, de un grupo de accionistas de la minera Buenaventura. Esta empresa es socia del grupo Yanacocha que controla el proyecto Conga cuyo conflicto en Cajamarca ha costado 5 campesinos asesinados y una centena de heridos.
Cipriani plagiador
Hace algunos días la prensa peruana reveló que, el cardenal Cipriani, es un plagiador de textos. En efecto, el cardenal desde hace algún tiempo fungía de articulista cuyos “artículos” eran publicados en el diario El Comercio (Lima). Como dan cuenta diversos medios, Cipriani, plagio a miembros de la iglesia y a intelectuales no eclesiásticos. Entre las víctimas de plagio está el Papa Pablo VI, el Papa Benedicto XVI. Además de los intelectuales, Alejandro Llano Cifuentes, y del peruano Víctor Andrés Belaunde,
Su último artículo, “Sentido primaveral de nuestra historia” ‘publicado el 9 de agosto) sorprendió a católicos y no católicos por su calidad y prosa. La desilusión fue grande cuando los lectores se enteraron que dicho “articulo”, como otros firmados por Cipriani, eran copias textuales de libros. Para mala suerte del cardenal, Víctor Caballero, investigador y periodista puso al descubierto el cinismo del cardenal. Este periodista mostró que el artículo que se había adjudicado Cipriani, era una vulgar transcripción literal, línea por línea del libro ’Communio’ de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), publicado en 1998.
Víctor Caballero, explica que descubrió el plagio repetido del tal cura, en razón a que dichos textos estaban muy bien redactados para creer que el autor legitimo sea Cipriani acostumbrado a responder a sus detractores ateos mediante exabruptos y argumentos ridículos. Para Víctor Caballero, el artículo del cardenal resultaba “realmente interesante, tan interesante que me pareció muy sospechosos que nuestro amigo Cipriani sea autor de tan buena prosa… por lo que decidí buscar solo un poquito de ella en Google” y la sorpresa fue el descubrimiento del plagio descarado.
La cólera de algunos católicos peruanos contra el cardenal plagiador monta en extensión y se organizan para exigir el retiro de Cipriani. El 19 de agosto han enviado una carta al Papa Francisco exigiendo la destitución de este personaje. En la carta se señala que “Los plagios del Cardenal han sido cometidos, entre otros casos, en homilías y sermones, en misas y ceremonias que formaron parte de los programas oficiales de celebración de las Fiestas Patrias peruanas, en las misas de Te Deum de los años 2006, 2009, 2014… Para cuando usted reciba esta carta, podrán ser más, porque los plagios del Cardenal se están descubriendo a un ritmo de uno por de día”.
Cipriani, los derechos civiles
El cardenal peruano, junto con convivir con las fuerzas armadas, los gobiernos, y los sectores más conservadores de la sociedad, se han opuesto ferozmente a la legalización del aborto, el uso de anticonceptivos, el condón y del matrimonio de personas del mismo sexo. Consecuencia de ello, Perú es uno de los países con más atraso en lo que se refiere a derechos civiles de los ciudadanos.
En junio de este año, la Corte Suprema de EE.UU. aprobó el matrimonio homosexual. Cirpiani dijo que ello significaba “una tragedia para EE.UU.”. Agregando, que los que le parecía “más grave es que se genere una nueva estructura”, y que destruía lo que “Dios ha querido y que ha funcionado de manera normal. Ahora, por un voto de una corte americana, se quiere cambiar el modo de vivir en el mundo".
En el cargado curriculum de Cipriani, existe también la defensa de curas perversos y violadores de niños. En el 2013 Gabino Miranda Melgarejo, obispo auxiliar de Ayacucho y miembro del Opus Dei como Cipriani, fue acusado de violar niños y niñas. Inmediatamente (setiembre 2013) desde Roma, Cipriani se pronunció por teléfono para decir que había que “comprender y no condenar” y pidió que se permita a Gabino Miranda el derecho a defenderse”. Las autoridades del Vaticano no tomaron en cuenta los alegatos de Cipriani a favor del religioso perverso, y sancionaron Gabino Miranda. Le retiraron su condición de miembro clerical de la iglesia.
El cardenal Cipriani, dice tantas tonterías, que sería imposible dar repuesta estructurada a cada una de ellas. La religión y los gobiernos mafiosos le han otorgado impunidad y legalidad a sus fechorías políticas. La iglesia católica de este país, a cuya cabeza está Cipriani, es una las más corruptas y nefastas de América Latina. Esta iglesia, junto con estar asociada a los gobiernos corrompidos, tiene una estrecha relación con grandes empresas y transnacionales. El año 2013, el cardenal se pronunció contra una reglamentación de las autoridades para prohibir en los colegios la comida basura. En efecto el gobierno promulgo una ley denominada Promoción de la Alimentación Saludable para Niños y Adolescentes. Cipriani dijo al respecto que el “Estado no debe imponer qué cosas comer”, en clara defensa de MacDonald’s, coca cola y otras transnacionales de la alimentación chatarra. Detrás de las declaraciones del cardenal está Monsanto y los productos transgénicos bien instalados en Perú.