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El circo político de los bolivianos
PARLAMENTO DE PAYASOS Y LA RENUNCIA DE MESA
Fuente: Clarín y AFP.
Los legisladores decidieron, por unanimidad, no aceptarle la dimisión. Ahora, se negocia un acuerdo para alcanzar un pacto social que permita superar la crisis El partido de Morales, a quien el mandatario culpó de alentar las protestas, había anticipado hoy que la tendencia entre sus legisladores era de "rechazar" la carta de renuncia de Mesa y "exigirle que convoque a un gran acuerdo nacional", según dijo a la agencia AP el diputado Gustavo Torrico. El MAS es la segunda fuerza parlamentaria
El Congreso de Bolivia decidió esta noche no aceptarle la renuncia al presidente Carlos Mesa, quien presentó su dimisión el lunes ante el Legislativo. La decisión del Parlamento fue unánime. Tras exponer el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossio, los sucesos ocurridos en el país andino desde que Mesa anunciara su renuncia el pasado domingo, se procedió a una rápida votación a mano alzada.
El Congreso invitó después a Mesa a intervenir ante la cámara para dirigirse a la Nación, mientras que en el exterior de la sede del Legislativo más de un millar de seguidores del gobernante celebran el resultado de la votación..
En tanto, Mesa alcanzó esta noche -tras una reunión de más de tres horas- un preacuerdo con el Congreso para un "pacto social" que ayude a salir de la crisis política en ese país tras la presentación de renuncia por parte del mandatario. No obstante, el principal partido, el MAS del cocalero Evo Morales, anunció que no suscribirá este pacto.
En una reunión cerca del Banco Central con los líderes de los grupos parlamentarios, previa a la sesión extraordinaria del Congreso, Mesa pidió la aprobación de la polémica ley de hidrocarburos -en la versión que fue presentada por el Ejecutivo, que contempla un 18 por ciento de regalías y no el 50% que pide la oposición- y el fin de los bloqueos y las protestas.
En este sentido, el diputado del MIR Wilman Cardozo detalló que Mesa y los líderes políticos alcanzaron un preacuerdo en los asuntos clave: la ley de hidrocarburos, las protestas y bloqueos de rutas que afectan al país desde que Mesa llegó a la Presidencia, hace 17 meses, la votación directa de gobernadores departamentales y un referéndum de autonomía.
De la reunión también participaron representantes del Movimiento Al Socialismo, encabezado por el líder cocalero Evo Morales, principal promotor de las protestas. La tendencia a ratificar en el cargo a Mesa ganaba terreno entre los legisladores de distintas corrientes políticas, mientras las protestas con corte de rutas comenzaban a ceder en distintas regiones del país.
El partido de Morales, a quien el mandatario culpó de alentar las protestas, había anticipado hoy que la tendencia entre sus legisladores era de "rechazar" la carta de renuncia de Mesa y "exigirle que convoque a un gran acuerdo nacional", según dijo a la agencia AP el diputado Gustavo Torrico. El MAS es la segunda fuerza parlamentaria.
Esta nueva crisis institucional que enfrenta Bolivia se presenta 15 meses después de la renuncia del presidente Sánchez de Lozada tras una cruenta convulsión social que provocó 56 muertes. Pero aunque las protestas tienden a disminuir, la inesperada decisión del mandatario no logró hasta el momento apagar del todo los focos de conflicto.. La vecina ciudad de El Alto continuaba hoy su séptimo día de paro, pero el tráfico era normal excepto en dos rutas que vinculan con el resto de las ciudades.
Los alteños demandan la expulsión inmediata de la empresa Aguas del Illimani que provee el servicio de agua potable a El Alto y La Paz, mientras que el gobierno afirmó que la salida de la compañía de capitales franceses será paulatina, para no afectar el servicio ni causar perjuicios al Estado. Campesinos de Chuquisaca, al sur de La Paz, levantaron su bloqueo de ocho días que estaba asfixiando a la ciudad de Sucre, capital histórica de Bolivia. En Potosí, también en el sur, campesinos mantenían cortadas dos rutas. Seguidores de Evo Morales demandan la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la aprobación en el Congreso de una ley de hidrocarburos.
PACTO NEOLIBERAL RATIFICA A MESA COMO PRESIDENTE
La Paz, marzo 8, 2005.- El devaluado Parlamento boliviano, dominado por las fuerzas neoliberales, ratificó a Carlos Mesa en el cargo de presidente de la República y avaló su política de sumisión ante los organismos internacionales y las transnacionales petroleras. Los sectores sociales, campesinos, indígenas y obreros repudian el pacto neoliberal y prosiguen en
la lucha por recuperar las riquezas naturales y la dignidad nacional.
Las fuerzas parlamentarias, que gobernaron con el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, rechazaron la renuncia que Mesa había presentado el lunes y le dieron al anochecer de este martes una pírrica victoria. La negativa de los sectores sociales y populares para avalar una ley de Hidrocarburos que mantendrá intacto el control y dominio que tienen las transnacionales sobre el petróleo y gas de Bolivia, frustró el "acuerdo nacional", que el poder
neoliberal intentaba imponer a los trabajadores y sectores empobrecidos del país.
Con su renuncia, Mesa intentaba que los sectores sociales y populares abandonen la lucha contra las transnacionales y el neoliberalismo, a fin de que no se entregue el poder a otro neoliberal, como es el presidente del Congreso, ni se ponga en riesgo la realización de la Asamblea Constituyente. Todo un chantaje, como lo calificaron en su momento los dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS) del diputado cocalero Evo Morales, que junto a otros parlamentarios indígenas, rechazaron el pacto propiciado por la Iglesia Católica, la comunidad internacional y los empresarios privados.
Y es que la creciente polarización que vive Bolivia, aceleró la radicalización de campesinos, indígenas y cocaleros, que aún mantenían alguna esperanza en el actual gobierno. Estos sectores, junto a los trabajadores y vecinos de los barrios más pobres de las ciudades y del campo, están movilizados para lograr recuperar el gas, el petróleo y el agua que están en manos de las transnacionales y están enfrentados al actual gobierno.
Pese a ello, según dijo el propio Mesa, en el discurso emitido en el Congreso, poco después de ser ratificado en el cargo, el pacto con las fuerzas neoliberales le permitiría frenar la espiral de confrontación y violencia que amenazaba con extenderse a todo el país.
El Congreso, que carece de fuerza política y moral y que virtualmente es un "cadáver político", no parece, sin embargo, ser la suficiente garantía para dar gobernabilidad a Bolivia.