7 de octubre de 2023

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PARÍS: LA GUERRA SOCIAL

Por: Indymedia Paris.

1ro de diciembre de 2007

Dos quinceañeros de Villiers-le-Bel son atropellados en su moto por un coche policial no homologado. De manera extraña, los policías huyen, son los vecinos quienes llaman a los bomberos que comprueban la muerte de ambos "jóvenes" .

Tras los ferroviarios, los funcionarios, los estudiantes, magistrados, el RATP [transporte], institutos, EDF [Electricidad], GDF [gas], correos, los enfermeros/as... vuelven los barrios proletarios a rebelarse contra una enésima prepotencia que ilustra ante todo la toda fuerza del estado policial.

Ocurre algo inesperado. Tenemos un intenso contexto social salpicado por huelgas, por bloqueos, por ocupaciones, por sabotajes, por represiones, por apaleamientos, por manis salvajes, por acciones; por parte de los ferroviarios, los estudiantes, los magistrados, los alumnos de un instituto de segunda enseñanza, los empleados de correos, el EDF y GDF, los profes, los funcionarios, etc, etc, etc, etc.

Sucede ahora que las banlieus [barriadas pobres] se agitan otra vez. De momento, han estallado motines sociales muy violentos en Val d’Oise, en Yvelines, en Mureaux y en algún otro lugar en nombre de dos adolescentes asesinados por la policía, dos más. Mientras que las condiciones de la dudosa muerte de Lamine Dieng no están aún claras (todo hace creer que le dieron una paliza de muerte en un furgón de la policía), mientras que las redadas agitan la rabia, mientras que los campos de retención se llenan, mientras que las pruebas de ADN pasan al consejo constitucional, mientras que las deportaciones se cuentan por decenas de millares, mientras que los abusos y las violencias policiales se convierten en un ritual, mientras que la actualidad se ceba en la expulsión de los “sin papeles” cuando no logran esconderse; mientras que el terrorismo policial se intensifica de semana en semana, mientras que el estado policial se endurece a todas las escalas para reprimir todo movimiento social de dondequiera que venga, llegó la gota que colmó el vaso.

Dos quinceañeros de Villiers-le-Bel son atropellados en su moto por un coche policial no homologado. De manera extraña, los policías huyen, son los vecinos quienes llaman a los bomberos que comprueban la muerte de ambos "jóvenes" (hay que desconfiar de este término social). Más extraño todavía, la motocicleta y el coche de policía se quedan en el sitio, algunos piensan ya que la policía lo hizo a propósito para poder mover los vehículos con el fin de inventar su propia versión de los hechos. Enésima pasada, enésimo asesinato. De nuevo, la guerra social se enciende.

Desde hace 30 años, desde noviembre-diciembre de 2005, la guerra social no ha cesado. Los motines populares fueron cotidianos en la inmensa mayoría de los barrios proletarios de Francia. Lo que caracteriza a noviembre-diciembre de 2005, es la duración y la generalización de los motines populares. Entonces, los motines se extiendieron, esta tarde. En este mismo momento, contamos ya cuarenta heridos entre los polis que retroceden bajo los cócteles molotov, los ladrillos y... las armas. Los medios de comunicación se deleitan repitiendo que ayer, ocho policías han sido heridos por disparos de pistola.

"Moushin, 15 años, y Larami, 16 años, han resultado muertos en una colisión entre su mini-motocicleta y un vehículo de policía, en esta localidad situada a una veintena de kms. al norte de París. Estas muertes han provocado por la tarde actos violentos en Villiers y los municipios colindantes: 25 policías y un bombero han resultado heridos, entre los que hay dos policías graves, y 28 coches, 4 edificios privados y una antena de la policía han sido incendiados, según un balance el lunes de la prefectura de Val-d’Oise".

La cadena europea Euronews habla en portada de los nuevos motines que vuelven a agitar las banlieus parisinas, en enfrentamientos extremadamente violentos. La cadena apoya la versión de los testigos: los polis quisieron huir inmediatamente después de haber provocado el accidente, mientras que ambos pilluelos (de 15 y 16 años agonizaban, uno de ellos teniendo el pie arrancado. Su coche estaba demasiado dañado, salieron corriendo, lisa y llanamente. Fue una vecina, una enfermera, quien hizo los primeros auxilios, en vano. Murieron a consecuencia de sus heridas. Algunas horas más tarde, enrabietados, centenares de jóvenes de los barrios saldrán a la calle, asaltan una comisaría, y harán frente durante 6 horas a la CRS [antidisturbios] y a los gendarmes móviles.

Alliot-Marie (militar del Ministerio del Interior!) echa más leña al fuego afirmando que estos motines "son premeditados, organizados, deseados". Abyecto. ¿Esta gente de la UMP [partido de Sarkozy] verdaderamente no tiene ninguna dignidad?

Pero no nos quedemos aquí. Lanzo un llamamiento crucial.

En este clima social muy tenso, en plena expansión del movimiento estudiantil y de los institutos, hay que mostrar cuanto antes nuestra solidaridad con las banlieus oprimidas por el estado policial antes que los demás. Hay que afirmar y reivindicar nuestra solidaridad con la inevitable e inevitada violencia de los jóvenes proletarios. Su violencia es el resultado, el efecto, la consecuencia; y una respuesta: es la guerra social declarada por la UMP. ¿Llegaremos al fin a lo que intentamos durante la gran rebelión de marzo de 2006, la unión estudiantes-trabajadores-banlieues en la misma contestación social solidaria?

Es imperativo sumarse a la cólera legítima, a la náusea legítima de los "habitantes de los banlieus". No para recuperarlos, no para utilizarlos, sino para ayudarles a emanciparse en una resistencia social que puede ser violenta. Para que una situación pre-revolucionaria se encienda, habría que quemar los grandes coches capitalistas en nuestros propios barrios burgueses en eco de la conflagración social de los barrios proletarios.

Si los estudiantes, los asalariados y las banlieus se unen solidariamente contra el régimen sarkozista, éste caerá.

Traducido por ALB Noticias