INICIO > EUROPA > Otros paises
Represión contra ecologistas en Alemania
Especial para el Diario Internacional
En América Latina, se piensa a menudo que en los países ricos de occidente se respetan los derechos humanos y las libertades civiles. Esto sucede hasta que no se tocan las venas del poder. El más palmario ejemplo es la sangrienta persecusión de lo/as guerrillero/as de la “Fracción del Ejército Rojo” (siglas en alemán RAF) en los años 1970s que tuvo su punto culminante en el “suicidio” de cuatro de sus activistas en 1977.
Guardando las distancias, Alemania centra su rabia represiva no sólo contra grupos islamistas o comunistas turcos y kurdos, sino contra activistas del grupo ecologista “Última Generación”. Estos activistas se han hecho famosos porque bloquean avenidas pegando sus manos al asfalto con pegamento interrumpiendo el tráfico por unos cuantos minutos.
Cuando uno lee esta descripción de sus actos dira: ¿por eso los reprimen?. Se están dictando medidas de prisión contra activistas. La semana pasada, tres activistas, dos hombres y una mujer, fueron sentenciados a tres, cuatro y cinco meses de prisión efectiva por haber bloqueado calles en la ciudad de Heilbronn. Otra activista ha sido condenada a ocho meses de prisión por bloquear una calle en Berlín. A ellos se suman a una serie de activistas que se encuentran ya en prisión.
Llevando al máximo las medidas de derecho penal preventivo, la policía detiene a activistas antes de manifestaciones para que no participen en las mismas. Esto supone una clara violación del derecho a la libertad individual y la participación política. En este punto cabe preguntarse, ¿por qué la policía no detiene “preventivamente” a neo-nazis que ponen directamente la vida de personas y propiedad pública? El año pasado, fascistas no fueron condenados aunque se demostró que habían quemado un edificio en el que se iba a inaugurar un centro para solicitantes de asilo.
El Estado alemán no actúa con el mismo rasero porque bloquear calles afecta la productividad, la ganancia del capital. Pero qué puede importar la vida de inmigrantes y solicitantes de asilo.