7 de octubre de 2023

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Europa discute, los refugiados se mueren

Kaosenlared

10 de septiembre de 2015

Decenas de miles de refugiados huyen de los conflictos armados en Afganistán, Iraq, Libia y Siria, mientras que los gobiernos de Europa y las organizaciones internacionales procuran lidiar con una crisis humanitaria que amenaza con explotar. Hungría está construyendo una valla para impedir el ingreso de los extranjeros. Eslovaquia advierte que solo aceptará a refugiados […]

Decenas de miles de refugiados huyen de los conflictos armados en Afganistán, Iraq, Libia y Siria, mientras que los gobiernos de Europa y las organizaciones internacionales procuran lidiar con una crisis humanitaria que amenaza con explotar.

Hungría está construyendo una valla para impedir el ingreso de los extranjeros. Eslovaquia advierte que solo aceptará a refugiados cristianos, lo que provocó la condena de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Debemos recordar que (los refugiados) son seres humanos. A menudo no tienen más remedio que abandonar sus hogares. Y deben tener acceso irrestricto a los derechos humanos fundamentales, en particular el derecho a la protección y a la atención sanitaria”: Francesco Rocca.

El drama de la crisis se puso de manifiesto estos últimos días cuando las autoridades austríacas descubrieron un camión de reparto abandonado con los cuerpos en descomposición de 71 refugiados, entre ellos ocho mujeres y tres niños, en una carretera en las afueras de Viena.

Alemania y Suecia, que han sido los países más receptivos, absorbieron a 43 por ciento de todos los solicitantes de asilo.

Pero en Alemania, a pesar de su política liberal y de que ya recibió a más de 44.000 refugiados sirios este año, los inmigrantes sufrieron ataques de parte de grupos neonazis, en su mayoría.

Es probable que la crisis empeore. La ONU calcula que más de 3.000 inmigrantes se trasladan a Europa occidental cada día, y algunos de ellos mueren en el intento en alta mar.

La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiadosseñala que más de 2.500 migrantes murieron este año en el intento de cruzar el mar Mediterráneo para llegar a territorio europeo.

El primer ministro británico, David Cameron, fue criticado por deshumanizar a los migrantes al calificarlos de “un enjambre de gente que viene por el Mediterráneo, en busca de una vida mejor, con el deseo de venir a Gran Bretaña”.

Harriet Harman, abogada británica y líder del opositor Partido Laborista, dijo que Cameron “debe recordar que está hablando de personas y no de insectos”, y consideró que el uso de lenguaje “divisivo” es un “giro preocupante”.

Los tres países con las mayores fronteras exteriores – Grecia, Hungría e Italia – soportan la mayor cantidad de ingresos de migrantes y refugiados.

Los 28 Estados de la Unión Europea (UE) siguen sin ponerse de acuerdo sobre cuál es la mejor forma de compartir esa carga.

Mientras que los países europeos se quejan de los cientos y miles de migrantes que inundan sus orillas, los números son relativamente insignificantes en comparación con los 3,5 millones de refugiados sirios alojados por Jordania, Líbano y Turquía.

El diario estadounidense The New York Times citó el sábado 29 a Alexander Betts, profesor y director del Centro de Estudios de Refugiados de la británica Universidad de Oxford. “Mientras Europa riñe hay gente que se está muriendo”, subrayó.

La canciller alemana, Angela Merkel, declaró que la UE se enfrenta a una de las peores crisis de su historia, peor aun que la crisis financiera griega, que amenazó con quebrar al bloque.

En una declaración difundida el viernes 28, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aseguró estar “horrorizado y desconsolado” por la reciente pérdida de vidas de refugiados y migrantes en el Mediterráneo y Europa.

La gran mayoría de las personas que emprenden estas peligrosas y arduas travesías son refugiados que huyen de lugares como Siria, Iraq y Afganistán, destacó.

“El derecho internacional ha establecido – y los Estados lo reconocen desde hace tiempo – el derecho de los refugiados a la protección y el asilo”, recordó Ban.

Al considerar las solicitudes de asilo, los Estados no pueden hacer distinciones basadas en la religión u otra identidad, ni pueden obligar a la gente a regresar a los lugares de donde huyeron si existe el temor bien fundado de persecución o ataque, explicó el dignatario.