7 de octubre de 2023

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LOS NUEVOS CAPITALISTA EN CUBA

Fernando Ravsberg (BBC Mundo)

16 de agosto de 2012

Muchos trabajadores por cuenta propia (31%) vienen de laborar para el estado.

El viceministro del Trabajo y Seguridad Social, José Barreiro, anunció una mayor flexibilidad en el trabajo por cuenta propia, permitirán actividades hasta ahora prohibidas y autorizarán las cooperativas urbanas, aunque seguirá vetada esta modalidad laboral para los profesionales universitarios.

Tampoco se abrirán mercados mayoristas a pesar de que el viceministro considera que sería lo ideal y reconoce que la falta de insumos conduce al mercado negro y al robo al Estado. Por lo pronto asegura que la oferta seguirá creciendo en las tiendas minoristas.

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Según Barreiro, la estructura del mercado laboral irá cambiando durante los próximos años hacia una economía con “menos trabajadores en el sector estatal por paso de algunos servicios al sector no estatal (cooperativistas, usufructuarios o trabajadores por cuenta propia)”.

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Explicó a BBC Mundo que la proyección del trabajo por cuenta propia en Cuba es una “medida adoptada pensando en las personas que vengan del sector estatal por plantillas infladas y también en otros que no están vinculados laboralmente”.

Se refiere a despedidos y desocupados pero los funcionarios de gobierno siempre evitan llamarlos por su nombre. Tampoco toca el tema de los salarios de los trabajadores a pesar de que la gente y el propio presidente Raúl Castro lo consideran un tema crucial.

Más aperturaBarreiro acepta que el número de trabajadores autónomos “no ha dejado de crecer pero el ritmo es menor” que en los inicios. Agrega que por eso “el trabajo por cuenta propia se seguirá flexibilizando, dentro de las normas legales, urbanísticas y sanitarias”.

Lento crecimiento

Hay 390.000 trabajadores por cuenta propia hasta la fecha de apenas 100.000 en 2008.
62.747 autorizaciones para negocios por cuenta propia. 69% de las licencias fueron otorgadas a personas sin empleo. 31% de los solicitantes provienen de empresas estatales. Barreiro indica que los datos son aproximados, ya que no hay estadísticas fiables.

“Ahora trabajamos en el diseño de cooperativas (urbanas), una forma de organización diferente a la del trabajador por cuenta propia (…) tendrán mucha más flexibilidad (…) y un enfoque similar al de las peluquerías que pasaron a manos de sus trabajadores”.
“Hay muchos servicios de Estado donde una cooperativa podría ser muy rentable, tienen mucho campo, se les ve un espacio en la economía” explica Barreiro antes de advertir que no será de inmediato porque “primero hay que experimentar para avanzar haciendo las cosas bien”.

Nos asegura que pronto se abrirán también nuevas modalidades de trabajo autónomo que antes estuvieron prohibidas, entre quienes “se autorizarán están el chapista, el herrero, pulidor de pisos, vendedor de artículos de aluminio, oxicortador, fundidor y marmolero”.

Escasez y delito

El tema de los insumos es el más grave en lo que al trabajo autónomo se refiere, se autorizó a los carpinteros pero no se les vende madera y los chapistas trabajan sin permiso pero a la vista de todos a pesar de que se sabe que usan oxígeno y acetileno robado al Estado.

Barreiro sostiene que “hay que acabar con la ilegalidad creando la forma legal de adquirir los productos, por ejemplo, los gases que utilizan los chapistas”, pero insiste en que no habrá mercado mayorista aunque reconoce que sería lo ideal.

Según Barreiro, hay muchos servicios de Estado donde una cooperativa podría ser muy rentable.

Afirma que “estamos claros de que la solución es aumentar la oferta” y agrega que ya “hay insumos en las tiendas aunque no todos lo que la gente necesita pero se va incrementando la oferta, hasta que haya condiciones para pasar a un mercado mayorista”.

La otra gran traba que se enfrenta es la falta de capital inicial porque los bancos prácticamente no dan créditos para promover negocios. Según Barreiro el principal problema es que aún no se encuentran formas de garantizar el retorno de esos créditos.

Cuatro décadas de estatización.
Durante casi cinco décadas la tendencia económica de Cuba fue hacia la empresa estatal, empezaron en 1959 con la nacionalización de las compañías extranjeras, después se tomaron las empresas de los cubanos que dejaban el país y finalmente en 1968 se estatizó absolutamente todo.

Hasta el año 2008 solo había unos 100.000 trabajadores por cuenta propia en todo el país. Eran muy mal mirados por la oficialidad, igual que lo habían sido en su época los campesinos que no quisieron convertir sus fincas en granjas estatales.

Desde hace cuatro años se iniciaron unas reformas que deben cambiar el mapa laboral, sus pilares son la entrega de tierras y la apertura del trabajo autónomo, dos modalidades que deberían absorber al millón de trabajadores que deben ser despedidos de las empresas del Estado.

En todo caso, Barreiro pide cautela “con las cifras de desinflar plantillas (despidos) porque en el ministerio creemos que es un proceso sostenido, cuidadoso y organizado. A veces la reducción de plantillas se asocia solo a la disponibilidad de trabajadores (despidos) pero también puede pasar por incrementar la producción sin aumentar las plantillas”.