7 de octubre de 2023

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Se le aplica la ley del vencedor.

SADDAM HUSSEIN: TRIBUNAL DE INVASORES LO CONDENA A MUERTE.

8 de noviembre de 2006

El ex presidente de Irak, Saddam Hussein ha sido condenado a morir en la horca. La sentencia salió de un tribunal títere e ilegal dirigido y digitado por las fuerzas militares invasoras. La condena de muerte contra Hussein, es una clara venganza política de los americanos y que ha contado con la complicidad de jueces y un tribunal corrupto protegido por las potencias occidentales. Saldan, como lo hizo en anteriores ocasiones, no ha dado credibilidad al tribunal fantoche que lo juzgo, y frente a la sentencia solo dijo que como militar le correspondía ser muerto por un pelotón de fusilamiento.

Sobre este acontecimiento reproducimos dos notas: un extracto de una nota de Nazanin Amirian, un enemigo acérrimo de Saldan Hussein, y que ha pesar de su odio contra el ex presidente de Irak, hace un recuento de la ilegalidad del tribunal y la forma que éste fue juzgado. La otra nota proviene de la BBC de Londres, y la publicamos íntegramente. En ella se informa los pormenores del juicio y de la situación política en Irak.

UN JUICIO A PUERTAS CERRADAS.

Nazanín Amirian (Rebelión), en condición de Jefe de Estado, gozaba de la protección que figura en la Convención de Naciones Unidas de 1973 y ratificada por EEUU e Irak, por la que no podía ser objeto de detención por una fuerza extranjera. Su enjuiciamiento ante tribunales designados por el invasor, así como los procedimientos establecidos por los ocupantes, que permiten que la negativa del acusado a contestar sea usada en su contra, no tienen cabida en el derecho internacional. Y, además, en justa medida, si sobre la cabeza de los acusadores y los acusados pende el mismo peso de la ley, aquellos que juzgan a Saddam carecen de autoridad moral para procesar al ex patrón de Irak: ellos le armaron, le defendieron durante los años en los que les interesó ser amigos del tirano iraquí... y, lo peor, durante los tres años de la ocupación destrozaron más vidas que él durante todo su mandato. Aquellos países que hoy han llevado a juicio al dictador han convertido en seres errantes, en refugiados sin patria, a cuatro millones de personas; han dejado detrás de sus tanques y misiles a decenas de miles de mutilados y heridos y a un desconocido numero de detenidos y secuestrados. Estas mismas potencias organizadores del juicio han prohibido que en la corte se les implicara en los crímenes de Saddam. En un país donde no hay ningún sistema judicial, en el medio de un absoluto caos social, legal y político, lo único seguro es que el funcionamiento de este tribunal costará 128 millones de dólares aprobado por el congreso norteamericano pero que procederán del bolsillo de los ciudadanos iraquíes, con la única función de servir de teatro para prestar algo de legitimidad a la invasión y posterior ocupación del país.

La defensa de Saddam se quejaba de no haber tenido suficiente oportunidad para prepararse y citar a los testigos. No queda claro si es que querían llamar a testificar a algunos altos funcionarios de la totalidad de los países miembros del Consejo de Seguridad y a otra veintena de soberanos amigos de su defendido... y eso resultaba técnicamente difícil de organizar, el caso es que la queja resultó evidentemente inútil pues los asesores norteamericanos (que no internacionales) de esta Corte especial, han sido los que han establecido las normas del juicio, impidiendo que su jurisdicción se extienda más allá de los ciudadanos iraquíes....El hecho de que el juicio se celebrase a puerta cerrada, la inexistencia de un registro público completo de lo que sucede en el interior de esa sala y la prohibición de asistencia al evento a los periodistas que no sean norteamericanos e iraquíes seleccionados, perjudica gravemente la libertad de información. Los videos del juicio que se enviaban a las televisiones del mundo, llevaban la etiqueta de "Aprobada por el Ejército de EEUU". (Revista Rebelión, 6 de noviembre 2006).

SADDAM HUSSEIN CONDENADO A MUERTE

(BBC de Londres). Mientras escuchaba su sentencia, Hussein se mostró desafiante ante el juez. La corte de Bagdad encargada del juicio a Saddam Hussein, condenó a muerte al ex presidente de Irak por crímenes contra la humanidad.

Saddam Hussein fue hallado culpable por su papel en el asesinato de 148 personas en el pueblo de Dujail, predominantemente chiita, en 1982.

La corte también confirmó que la pena para el ex mandatario será la horca, a pesar de que éste había pedido que, en caso de ser condenado a muerte, su ejecución fuera realizada por un pelotón de fusilamiento.

El juez Rauf Abdel Rahman ordenó a Saddam Hussein que se pusiera de pie mientras leía el veredicto, pero el ex presidente se negó a hacerlo y fue obligado a cumplir la orden por asistentes a la corte.

Al conocer la condena, Hussein gritó repetidamente con una copia del Corán en la mano "larga vida al pueblo, larga vida a la nación. Abajo los invasores. Dios es grande".

El juez continuó leyendo la sentencia a pesar de la intervención de Hussein.

También fue sentenciado a muerte el ex juez iraquí, y medio hermano de Hussein, Awad Hamed al-Bander.

El ex vice presidente Taha Yassin Ramadan fue condenado a cadena perpetua.

Otros tres acusados recibieron una pena de 15 años de prisión, mientras que Mohammed Azawi Ali, un funcionario de Baas (el antiguo partido gobernante) fue absuelto.

El primer ministro de Irak, Nuri Maliki, exaltó la condena en una intervención televisada en la que dijo que la entencia no era "contra un hombre, sino contra el oscuro período de su mandato".

"Quizá esto ayude a aliviar el dolor de las viudas y los huérfanos y el de aquellos a quienes se les ordenó sepultar a sus seres queridos en secreto, aquellos a quienes se forzó a ocultar sus sentimientos y su sufrimiento, aquellos que pagaron en manos de los torturadores", dijo Maliki.

El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow aseguró que era "un gran día para el pueblo iraquí".

Furia en Tikrit

Poco después de la lectura del veredicto se escucharon disparos de celebración en Bagdad.

LAS SENTENCIAS:

Saddam Hussein, ex presidente de Irak: muerte en la horca.
Awad Hamed al-Bander, Juez Principal de la Corte Revolucionaria: muerte en la horca.
Barzan Ibrahim al-Tikriti, medio hermano de Hussein: muerte en la horca.
Taha Yassin Ramadan, ex vice presidente de Irak: cadena perpetua.
Abdullah Kadhem Ruaid, dirigente de Baas: 15 años.
Abdullah Rawed Mizher, dirigente de Baas: 15 años.
Ali Daeem Ali, dirigente de Baas: 15 años.

La ciudad, de seis millones de habitantes, está bajo toque de queda por 12 horas para evitar que haya brotes de violencia por parte de simpatizantes de Saddam Hussein.

El gobierno iraquí canceló los permisos de ausencia del ejército y cerró el aeropuerto civil de la capital.

También se vieron escenas de júblio en el distrito chiita de Ciudad Sadr, en la capital, en donde la gente salió a celebrar a pesar del toque de queda.

Tres provincias cercanas a Bagdad, entre ellas Salahuddin, en donde queda Tikrit, la ciudad natal de Hussein, también están bajo toque de queda.

Sin embargo, miles de personas desobedecieron la medida en Tikrit para expresar su apoyo al ex mandatario.

Casi tres años después de la captura de Hussein, la creciente violencia sectaria tiene a Irak al borde de una guerra civil.

Según el corresponsal de la BBC en Bagdad, Andrew North, pocos iraquíes, incluso aquellos que se oponen a Hussein, creen que el veredicto sirva para apaciguar el conflicto.

Interferencia en el proceso

Muchos críticos han desestimado el juicio como una forma de justicia del vencedor, dada la atención que Estados Unidos ha puesto en el caso.

Los abogados de Saddam Hussein también han acusado al gobierno de interferir con el proceso, una queja que ha sido respaldada por la organización estadounidense de derechos humanos Human Rights Watch.

La defensa del ex mandatario iraquí también criticó la fecha dispuesta para la lectura del veredicto, que se fijó para pocos días antes de las elecciones legislativas en Estados Unidos.

El partido Republicano, al que pertenece el presidente de EE.UU., George W. Bush, corre el riesgo de perder el control del Congreso en parte, por la insatisfacción del electorado con la manera como se ha manejado el conflicto en Irak.