7 de octubre de 2023

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La COB exige a Evo parar el ataque contra Huanuni.

Por: ECONOTICIAS

6 de octubre de 2006

La Central Obrera Boliviana (COB) y la Federación de Mineros con minaron esta tarde al presidente Evo Morales a detener con la fuerza pública los sangrientos enfrentamientos en la mina de Huanuni propiciados por los cooperativistas mineros, aliados al gobierno.

“Hace ocho meses que le estamos pidiendo al Gobierno que ponga militares y policías para evitar los enfrentamientos en Huanuni. Es un problema que ya se venía venir, pero el Gobierno nos ha dicho que no iba a poner ni Ejército ni Policía, y riendo decían que iban a poner cajones para los muertos. Ahora, carajo, que pongan lo cajones. ¿Quién va a cuidar a las viudas?, ¿Quién va alimentar a los huérfanos?. El Gobierno está empujando a luchar entre hermanos. Evo debe dejar de mancharse las manos de sangre”, dijo en el mismo Palacio de Gobierno, el dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, que aseguró que los mineros de Huanuni estaban defendiendo el patrimonio del Estado frente al avasallamiento de las pequeñas unidades productivas privadas.

En el inicio de los enfrentamientos, las tropas del Ejército y de la Policía fueron replegados de la zona, para evitar que haya más problemas, confirmó el ministro de la Presidencia, el ex militar Juan Ramón Quintana.

“El que ha incitado a la muerte es el ministro de Minería, Wálter Villarroel”, agregó el dirigente de la proletaria Federación de Mineros, Alfredo Aguilar, también presente en Palacio para exigir que las tropas militares frenen los excesos de los cooperativistas, que son aliados del Gobierno y que han colocado a Villarroel, su máximo dirigente, como ministro encargado de desarrollar la política minera oficial en función de los intereses de los empresarios cooperativistas.

Reportes de la zona dan cuenta que aproximadamente cuatro mil trabajadores y socios de los cooperativistas han cercado el centro minero de Huanuni, donde trabajan casi 800 trabajadores asalariados, junto a sus familias. Producto de los enfrentamientos de este jueves en la mañana se reportan al menos seis muertos y una veintena de heridos de ambos lados

“Le hemos dicho al Gobierno que el sueño de Bolivia es el potenciamiento de la Corporación Minera de Bolivia (la estatal COMIBOL). Hoy, gracias al maldito ministro Villarroel están muriendo los mineros (...) Por eso la Federación de Mineros nunca ha reconocido (como ministro) a este maldito”.

“Si Evo Morales aún tiene vergüenza, debe destituir de inmediato a este maldito. Hay que hacerle juicio porque es responsable de la matanza”, agregó Aguilar.

Otro dirigente de los mineros, Roberto Chávez, también urgió para que las tropas del Ejército separen a los sectores en batalla, para que frenen los excesos de los cooperativistas. “Los cooperativistas están dinamitando las casas de los dirigentes mineros, han destruido la radio Huanuni, han atacado la Iglesia, han destruido las compresoras de aire y la sede social (...) No sé qué va ocurrir en horas de la noche. Los compañeros están combatiendo en los cerros y algunos de los cooperativistas están como enloquecidos. El Gobierno debe parar a sus aliados”, clamó.

Como respuesta, el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada dijo que habían instruido a las tropas del Ejército y a la Policía a no intervenir para evitar que algunos de los bandos enfrentados reaccione en forma violenta y se agrave el clima de enfrentamiento. El viceministro declinó en responder si, tras los sucesos, el gobierno de Evo Morales mantenía o no el pacto con las cooperativas mineras.

El Gobierno conformó una comisión de varios ministros para pacificar la zona. “Los cooperativistas no los van a dejar entrar”, adelantó el sindicalista Chávez, a primeras horas de la tarde. Minutos después, en La Paz, el ministro de Minería se reunía con los dirigentes de la Federación de Cooperativistas Mineros (FENCOMIN) para solicitarles que dejen ingresar a la comisión gubernamental a la zona de conflicto. Simultáneamente, cientos de ciudadanos y trabajadores marchaban espontáneamente por el centro de la ciudad de La Paz en respaldo a los mineros de Huanuni.