7 de octubre de 2023

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OBJETIVOS ESTRATÉGICOS DE LA INTRUSIÓN COLOMBIANA

Por: Guillermo Navarro Jiménez;

11 de marzo de 2008

“Nuestra lucha debe ser implacable contra todas aquellas voces, oficiales o no, que abogan por la participación de nuestros ejércitos en el conflicto colombiano. La mínima aceptación, por tímida que esta sea, fortalece la estrategia norteamericana de crear fuerzas multinacionales regionales”
Plan Colombia, ABC de una Tragedia

Si se estudian las Estrategias de Seguridad Nacional (ESN) de los Estados Unidos, se constata que para la región dos son los principales objetivos: la internacionalización del conflicto colombiano, y, disponer de una base que sustituya las capacidades perdidas por el abandono de la base aérea de Howard (canal de Panamá).

La internacionalización se sustenta en la participación creciente de las fuerzas armadas en el conflicto, y, la pretendida presencia de fuerzas multinacionales de paz.

La internacionalización del conflicto

Como quedó expresado, uno de los mecanismos utilizados para la regionalización del conflicto colombiano, es la participación creciente de las fuerzas armadas ecuatorianas en el conflicto colombiano. En el actual conflicto derivado de la intrusión colombiana, contrariamente a lo que los novísimos expertos sobre el tema opinan, somos del criterio de que Uribe logró avanzar en ese propósito. Objetivamente, la movilización de una mayor cantidad de efectivos del ejército ecuatoriano hacia la frontera norte, justificadas por la situación creada por la intrusión, consolida lo que en teoría militar se conoce como la creación de una “barrera de contención pasiva”.

En otros términos, la conformación del yunque se consolida, puesto que una forma de cooperación en el marco de un proceso bélico es el despliegue de fuerzas en la retaguardia de la fuerza oponente a la que se apoya, con la finalidad de cerrar la retaguardia de la fuerza oponente, con fines disuasivos para restar movilidad a las fuerzas oponentes, para prolongar las líneas de suministros, para evitar desarrollen acciones en teatros de batalla no apetecidos, o en apoyo coordinado con las acciones bélicas de las fuerzas aliadas.

Si a la luz de tales conceptos se analizan las actividades que las Fuerzas Armadas del Ecuador desarrollan en el caso del conflicto de Colombia, se comprueba que cumplen todos los objetivos propios de la contención pasiva antes mencionados, a partir de la suscripción de la Paz del Ecuador con el Perú, puesto que la firma permitió el desplazamiento de las fuerzas acantonadas en el sur del Ecuador hacia la frontera norte con Colombia. Movilización a la que se sumaron las fuerzas de la Policía Nacional.

En suma, las Fuerzas Armadas del Ecuador, a través de estas acciones participan activamente en el conflicto de Colombia, con el agravante, en este caso, de que esas actividades pueden concluir en un enfrentamiento armado, escalada apetecida, buscada e incluso reclamada por el gobierno de Alvaro Uribe y por el imperialismo estadounidense.

Lo antes afirmado exige bucear en las razones que le explican. A nuestro criterio, la participación de las fuerzas armadas del Ecuador como fuerzas de contención pasiva, se consolidó a partir de los acuerdos que suscribieron las fuerzas armadas del Ecuador, durante la visita oficial que efectuara Lucio Gutiérrez a Colombia, el 16 y 17 de marzo del 2004, como lo demuestra el contenido de la Declaración Conjunta que suscribieron Gutiérrez y Uribe luego de la visita oficial, en la que se establece: “la necesidad de fortalecer las medidas de control permanente en sus respectivos países, a través del incremento del intercambio de información entre sus autoridades” (numeral 6) o el encargo de: “presentar dentro de un plazo de 60 días, un conjunto de acciones encaminadas a reforzar los mecanismos de control existentes entre los dos países” (numeral 9), o la disposición para que: “dentro de los treinta días siguientes a este encuentro se reúna la Comisión Binacional de Frontera -COMBIFRON- para analizar la situación de seguridad en la zona de frontera” (numeral 13). Cita que confirma las declaraciones que el entonces Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas General Octavio Romero, realizará antes de la visita, en las que aseveró que se firmarían varios acuerdos, inmediatamente luego de la reunión que mantuviera con el alto mando militar colombiano. Romero, ante la pregunta de: “¿qué garantías dieron las FFAA colombianas para incrementar su presencia en la frontera norte, en donde físicamente se limita con las FARC?”, afirmó, categóricamente, que: “Las conversaciones han sido entre los altos mandos de ambos países, y los resultados de las mismas se presentaron a los respectivos Ministerios de Defensa. En la visita que realizará el presidente Gutiérrez a Colombia se firmarán acuerdos para materializar este compromiso” , el que consistiría, según el propio General Romero en: “la necesidad de que ellos incrementen su presencia militar y policial en las áreas en donde nosotros tenemos unidades militares y policiales, para tener una mejor coordinación y mejor intercambio de información e inteligencia (las negrillas son nuestras)”.

Puntos de acuerdo sobre los cuales es preciso profundizar, principalmente en lo referente a inteligencia militar. Efectivamente, si ésta: “Comprende todos los hechos, documentos, materiales, fotografías, diagramas, mapas e informes de observación de cualquier índole que sirvan para aumentar nuestros conocimientos sobre un enemigo real o hipotético, o sobre un área de operaciones enemiga”. Información que, luego de su procesamiento se convierte en: “conocimientos adquiridos a través de los esfuerzos de búsqueda, evaluación e interpretación de toda la información disponible que tiene que ver con un enemigo real o hipotético o con ciertas áreas de operaciones, inclusive las condiciones meteorológicas y el terreno. Comprende también las deducciones hechas sobre las capacidades actuales y futuras del enemigo; las vulnerabilidades y los posibles cursos de acción que tenga a su alcance y que pueden afectar el cumplimiento de nuestra misión”. Información a la que se agrega la correspondiente a la inteligencia de combate, la cual se define como: “la información relativa al terreno, las condiciones meteorológicas y el enemigo que necesita un comandante para elaborar planes y llevar a cabo operaciones tácticas”. Información que se recopila a través de varios medios: unidades especializadas, información satelital, medios electrónicos de escucha, intervenciones telefónicas, por citar algunos.

La participación activa de las Fuerzas Armadas del Ecuador en la guerra de Colombia, se demuestra entonces, por cuanto, entrega información recopilada y procesada por las unidades de inteligencia ecuatorianas a las Fuerzas Armadas de Colombia.

Es evidente, por lo antes expresado, que la información compartida por el ejército ecuatoriano con las Fuerzas Armadas de Colombia, es de tal magnitud, alcance y cualidad, que vuelve innegable la activa participación de la inteligencia ecuatoriana en el conflicto colombiano, y, consecuentemente, involucra a las Fuerzas Armadas ecuatorianas en esa guerra ajena.

Seguramente los términos de la Declaración Conjunta y los acuerdos suscritos por Lucio Gutiérrez en el 2004, explican, como lo explicitan declaraciones de los funcionarios y medios de información colombianos, la sorpresa por la contundente respuesta del Presidente Rafael Correa, ante la última intrusión colombiana. En otras palabras esperaban que, al igual que había ocurrido en anteriores oportunidades, esto se zanjase entre congéneres en la COMINFOR, y, que todo se limitaría una nota de protesta el gobierno ecuatoriano, a la que se contestaría con una negativa inicial, dos llamadas del Presidente Uribe, seguida de una excusa que más sabía a acusación. Lo que no contaban es con la estatura moral del Presidente Correa, el cual, ante el engaño y el cinismo de Uribe, optó por la ruta que debía haber asumido en todos y cada uno de similares eventos anteriores: una acusación clara y contundente, la inmediata acción diplomática en busca del apoyo político de los países del continente, y, la demanda para que la OEA sancione la intrusión colombiana.

En consecuencia, como la decisión inquebrantable del Presidente Correa es la defensa de la Soberanía Nacional y el evitar que el Ecuador se involucre aún más en el conflicto colombiano, es indispensable que denuncie los acuerdos a los que arribaron las Fuerzas Armadas ecuatorianas en el gobierno de Lucio Gutiérrez, como resultado de la visita que efectuar en marzo del 2004. Adicionalmente debe eliminarse la COMBIFRON que es el mecanismo en el cual se zanjan diferencias y seguramente se acuerdan nuevos mecanismos para mantener los acuerdos que sugerimos repudiar.

Presencia de una Fuerza Multinacional

Afirmamos que el segundo recurso que plantean las estrategias militares de los Estados Unidos para internacionalizar el conflicto colombiano es recurrir a fuerzas multinacionales, las cuales casi sin excepción se colocan bajo el mando del contingente de las fuerzas armadas de los Estados Unidos

En el Ecuador, los Estados Unidos ha intentado imponer este objetivo en repetidas oportunidades y momentos, mediante su promoción, a través de distintos voceros, quienes han actuado en abierto complot contra los intereses de la Patria. Las razones que se exhiben son de distinto orden dependiendo del momento en que se ha intentado ponerla en práctica.

Lucio Gutiérrez la sostuvo desde la campaña electoral y con mayor énfasis luego de que se proclamará el mejor amigo de los Estados Unidos. La acción más relevante la cumplió en la Reunión del Grupo de Río entre el 23 y el 24 de mayo del 2003. En esta reunión el tema colombiano no se hallaba incluido en la agenda oficial del certamen. Fue Lucio Gutiérrez quien, en la antesala de la reunión oficial, planteó el tema mediante una declaración en la que expresaba que la ONU debe exigir el cese del fuego a las FARC, ya que ello, según su opinión: ’hará pensar mucho a las FARC, para que realmente, si desean la paz, pues lo demuestren. Si no lo hacen, si no reaccionan ante un pedido del Secretario de la ONU, pues el mundo estaría dispuesto a colaborar con Colombia en otro camino’, declaración en la cual igualmente expresó que: “Definitivamente este problema de Colombia tenemos que solucionarlo entre todas las naciones del mundo”. Posición que no era de forma alguna original o inédta, puesto que había sido ya expresada el 8 de febrero del 2003 por la Presidencia de la República de Colombia, mediante comunicado en el que el gobierno de Uribe afirmaba que: ’Necesitamos que el mundo democrático venga a Colombia a ayudarnos a derrotar el terrorismo. Necesitamos que así como se está dando en Naciones Unidas una discusión sobre el caso Irak, el mundo tome la decisión de ayudar a Colombia. Necesitamos la tecnología de los países democráticos, sus recursos técnicos, sus recursos financieros, sus sistemas de transporte, para que le ayuden a nuestra Fuerza Pública y a nuestra Fiscalía a derrotar a los terroristas”.

La posición de Lucio Gutiérrez en procura de la regionalización del conflicto colombiano fue oficializada cuando “puso sobre la mesa” el tema colombiano, “a eso de las 8:00 p.m. en el hotel Monasterio, de Cusco (Perú), donde los Jefes de Estado se reunieron a debatir los temas de la agenda”, lo que no solamente determinó su inclusión sino que incluso posibilitó adquiera prioridad ante las discusiones sobre la lucha contra la pobreza y el desarrollo social.

La inclusión del tema igualmente posibilitó que los planteamientos antes mencionados se incluyan en la denominada: “Declaración del Grupo de Río sobre la situación en Colombia”, declaración que afirmaba que si no se producía la firma de un acuerdo de cese de hostilidades, el Grupo de Río, junto al Secretario General de Naciones Unidas y en coordinación con el Gobierno de Colombia, buscará en una nueva consulta otras alternativas de solución”. Alternativas de solución que no era otra que la conformación de una fuerza multinacional, como lo confirma la respuesta que obtuviera el Presidente venezolano Hugo Chávez cuando, ante su pregunta de que: ’Si aquí se está pensando en una intervención militar multinacional latinoamericana contra Colombia o en Colombia, que se diga clarito” obtuvo como respuesta un “sí”, lo que mereció su comentario en el sentido de que: “Ahí salió la verdad (...) Bien valió la pregunta y el mal rato, para descubrir que detrás de esta propuesta se está pensando, nada más y nada menos, que en la posibilidad de que se organice una fuerza (...) Internacionalizar un conflicto, que es sólo de Colombia ¡Eso aquí no se había planteado jamás, en ninguna época en este continente!’.

Por cierto, el objetivo de “crear una instancia multinacional que pueda intervenir, llegado el caso, en aquellos países en que la democracia esté en peligro”, fue propuesta por la Misión de Estados Unidos el 8 de junio de 1999, cuando culminó la XXIX Asamblea General de la OEA”.

Gutiérrez, por cierto, fue mucho más lejos en su papel de lacayo del imperio. En acciones sucesivas y apresuradas:

- Expidió el Decreto Ejecutivo mediante el cual creó una franja militarizada en toda la frontera con Colombia, viejo propósito de los Estados Unidos, como lo confirman las declaraciones que en ese sentido pronunciará el ex canciller Heinz Moeller y que fueran reproducidas por el diario El Comercio el 23 de febrero del 2001, bajo el título “Una franja de seguridad se arma en la frontera norte del Ecuador”.

- Estableció restricciones para el tránsito de los ecuatorianos no residentes en la zona.

- Definió la necesidad de realizar un censo de personas y propiedades.

- Aprobó la realización de ejercicios con la presencia de cascos azules en territorio ecuatoriano, como lo confirmó en rueda de prensa el coronel del Ejército ecuatoriano, Guillermo Vélez, cuando señaló que: “Lo sextos ejercicios de la Fuerza Multinacional de la Paz de la ONU (cascos azules) se realizarán en el Ecuador”, informando que: “Ayer (22 de octubre del 2003 N.A) el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas inauguró en Quito las prácticas que se han denominado “Cabañas de paz Atahualpa 2004”, agregando que: “En el ejercicio participan 14 países de Centro y Sur América, con excepción de Venezuela, que no ha ratificado su participación. A estos países se sumará Estados Unidos”. Según el coronel Guillermo Vélez: “la planificación de los ejercicios comenzó ayer, pero se desarrollará en tres módulos, en marzo, mayo y octubre del año próximo (2004 N.A). En octubre se cumplirán las prácticas con alrededor de 1400 soldados” .

- A través del General Octavio Romero, Jefe del Comando Conjunto de las FFAA, negó, el 16 de febrero del 2004, conocer sobre las reuniones que se realizaron el 14 y 15 de febrero en el Swishotel, con personal del Comando Sur , en las que participó incluso el General Hill, a esa fecha jefe del Comando Sur del ejercito de los EEUU. En estas reuniones Hill expuso los contenidos del documento: “Ecuador Assistance Visit, COMACO Out-Brief, 14 Jan 04” , y se aprobó la matriz de planificación , la que contiene una serie de compromisos y acciones militares a ejecutarse en el territorio nacional y en la frontera norte.

Otro de los siervos de los intereses de los Estados Unidos que ha trabajado a favor de la presencia de una fuerza multinacional es Juan de Dios Parra, ex Secretario de la llamada Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos ALDHU. Parra solicitó la conformación de una fuerza multinacional en el año 2001, sobre la base de lo estipulado en el artículo 6 del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca TIAR , en posición abiertamente contraria a la de los latinoamericanos, para los cuales el TIAR fue sepultado por el imperialismo norteamericano el 30 de abril de 1982, al comunicar oficialmente, a través del entonces Secretario de Estado Alexander Haig, el apoyo estadounidense a Gran Bretaña en el conflicto de las Malvinas, con la imposición de sanciones económicas y militares al Argentina.

La posición de Parra por cierto no extraña, cuando se recuerda que este personaje igualmente se permitió proponer para el premio Nobel a los ex Presidentes Fujimori y Mahuad, y, que, en clara manifestación de compromiso con el ex Ministro de Gobierno del Ecuador César Verduga prófugo de la justicia ecuatoriana, asumió su defensa legal, lo que le condujo a prisión, al no pagar los valores adeudados a los abogados contratados para la defensa.

Hoy, el Ministro Gustavo Larrea, en exposición que efectuará ante la Asamblea Constituyente, a propósito de la violación de la soberanía nacional por parte de las fuerzas armadas de Colombia, sostuvo la tesis de los Estados Unidos. Posición que no debe admirar si se recuerda que la ALDHU, desde la época de su fundador César Verduga defendió siempre la posición del imperialismo norteamericano, y, que a Juan de Dios Parra sucedió en la Secretaria de ALDHU el actual Ministro Gustavo Larrea.

Sólo cabe preguntarse si es aceptable o no la posición de Larrea, puesto que ésta comparte intereses ajenos al igual que la de sus predecesores, circunstancia que habrá de ser investigada exhaustivamente, en defensa de los intereses nacionales y del Presidente Correa, quien ha emprendido una tenaz lucha diplomática en defensa de nuestra soberanía. Posición que Larrea deberá explicar ampliamente, no sólo a nivel del gobierno nacional sino del país en su conjunto, dada la gravedad de su alineamiento.

El FOL (Puesto de avanzada) Manta

Para disponer de una base que sustituya las capacidades perdidas por el abandono de la base aérea de Howard (canal de Panamá), los Estados Unidos habían seleccionado desde 1986 al puerto de Manta, como lo confirman las declaraciones del General Charles Wilhelm, ex Jefe del Comando Sur, en las que afirmaba que Manta es: “... el sitio idóneo para sustituir las capacidades perdidas al abandonar la la base aérea de Howard”. Base desde la cual se habían dirigido todas las intervenciones armadas que se han sucedido en el continente, resulta ingenuo, imposible de pensar que la Base de Manta, se destina “única y exclusivamente” a acciones de vigilancia sobre los desplazamientos del narcotráfico, que sea sólo un “punto de apoyo logístico”. Cuanto más si se reconoce que las bases que disponía el ejército norteamericano en Panamá tenían objetivos puramente militares.

En este objetivo, en 1986, como lo denunciara entonces José Stainsleger en su libro “Bases Militares en América Latina”, se suscribió un convenio entre las FFAA del Ecuador y el Comando Sur (SOUTHCOM) para el establecimiento de la Escuela de las Américas en la región amazónica del país y la instalación de una base militar americana, como efectivamente lo reconoció el ex Canciller Edgar Terán Terán, cuando mencionó que: “No hay convenio sino acuerdo de cooperación entre el Ecuador y los Estados Unidos”, como si el uso del término acuerdo en lugar de convenio cambiase radicalmente lo actuado.

Posteriormente, en el marco del convenio suscrito, arribaron al país efectivos militares norteamericanos comandados por el General Galvin (Jefe del SOUTHCOM N.A,) quienes se habían dedicado a fijar el lugar en que se construiría un sofisticado aeródromo a más de las rutas que seguirían determinadas carreteras de acceso a la pista .

Sobre la base de esos compromisos y la avanzada antes mencionada, en 1987, llegaron al país un equipo técnico para la construcción de una carretera de 30 kilómetros en la provincia de Manabí, carretera que luego se descubrió, por declaraciones del Capitán Lusk, jefe de la Brigada de técnicos de la Reserva Militar perteneciente al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, correspondía al tramo San Jacinto-Canoa, que se relaciona con Manta. Esta brigada, posteriormente se trasladó al oriente para construir un tramo del carretero Loreto-Coca en la Amazonía ecuatoriana, área en la cuaL se ubica la Brigada de Selva número 19 Napo del ejército, en la cual se ofrece entrenamiento similar al que se prestaba en Panamá, como lo reseña el Diario El Comercio de la ciudad de Quito, Ecuador, en su edición del día jueves 19 de octubre del 2000, cuando afirma que: “Diez militares de Francia realizan un curso en la selva de la Amazonía del Ecuador como parte de un intercambio castrense entre los dos países, informó la Secretaría general (sic) de Comunicación de la Presidencia del Ecuador”. A lo que agregó que: “en ese marco, dos oficiales y 28 alumnos de las Fuerzas Armadas de Francia en la colonia de Guyana se encontraban en la brigada de selva número 19 Napo del ejército”. Explicitando que los franceses “realizan un curso de selva como entrenamiento castrense”.

El proceso seguido por el imperialismo norteamericano y sus lacayos ecuatorianos culminó con la suscripición del inconstitucional e ilegal “Acuerdo de Cooperación entre el Gobierno de la República del Ecuador y el Gobierno de los Estados Unidos de América, Concerniente al Acceso y Uso de los Estados Unidos de América de las Instalaciones en la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana de Manta para Actividades Aéreas Antinarcóticos”, suscrito por Jamil Mahuad, el 11 de abril de 1999.

Desde ese momento, el FOL Manta es uno de los principales instrumentos para recopilar y procesar la información militar que, como se ha demostrada en innumerables oportunidades, incluso por declaraciones expresas que en ese sentido pronunciaron oficiales de la armada de los Estados Unidos, la Base de Manta. Lo que no debe extrañar, si se recuerda, por ejemplo, que la Base de Manta está intercomunicada con las bases militares que se ubican en territorio colombiano, en la cual laboran asesores militares norteamericanos, entre ellas la Base de Tres Esquinas, sede del contingente principal de aeronaves que participan en los combates que se suceden en el sur oriente colombiano, que seguramente participaron en las intrusiones anteriores y en la de febrero 28.

Por ello, no cabe duda alguna que, dada la precisión del ataque, la sofisticada técnica utilizada durante la intrusión del 28 de febrero del 2008, el FOL Manta tuvo una participación innegable, como incluso lo corrobora la información del propio gobierno colombiano quien dice haber utilizado información satelital, que únicamente puede ser proporcionada por los aviones Awac que despegan de la Base de Manta.

Si ello es así, la afirmación del Ministro Larrea de que no existen indicios para determinar que la Base de Manta intervino en la información colombiana, es un abierto despropósito y una forma de encubrir las actividades del FOL Manta. Posición que sólo se explica a la luz de lo ya comentado respecto a las fuerzas multinacionales.

Como todo lo dicho es así, cabe que el Presidente Correa denuncie inmediatamente el Convenio de la Base de Manta, acción para la cual está facultado por el propio acuerdo.

Al cierre del presente análisis no podemos dejar de mencionar que la acusación vertida por el gobierno de Colombia en contra del Ministro Fernando Bustamante, y el Subsecretario Juan Sebastián Roldán, a quienes menciona como agente de la CIA y de la DEA, respectivamente, tiene todas las características de las acciones de distracción a las que acude, precisamente la CIA, para tratar de desviar la atención respecto a sus propios agentes, a los agentes de la CIA. Acciones que igualmente utiliza para desviar la atención desde los elementos fundamentales hacia otros secundarios, lo que permite posicionar a sus agentes los temas de interés para el imperio. En este caso, la apertura a la posibilidad de que se considere la procedencia de una fuerza multinacional y se exculpe al FOL Manta, por sus acciones que violan el inconstitucional e ilegal acuerdo que permite su presencia en nuestro territorio de Paz.