7 de octubre de 2023

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MINISTRO DE EVO MORALES CREE EN UN CAPITALISMO ETERNO

4 de septiembre de 2014

(Masas).- Álvaro García Linera fue invitado al cierre de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe de Ciencias Sociales (CLACSO) en Cochabamba. El tema de su exposición fue "Las políticas emancipatorias en América Latina". El vicepresidente enmarcó su ponencia en un balance extenso de la situación mundial. Sus principales tesis:

1. El capitalismo NO está viviendo su fin ni su decadencia, sino que está entrando en un nuevo ciclo largo de acumulación.

2. "El proceso de cambio" que llevan a cabo gobiernos como el de Evo Morales y Hugo Chávez no se dirigen a transformar estructuralmente el sistema capitalista.

3. La nueva etapa del capitalismo estaría moldeando las nuevas fisonomías de las clases sociales. García Linera abundó en la supuesta existencia de un "nuevo proletariado" sustancialmente distinto al proletariado clásico, quedando las viejas certezas del marxismo clásico definitivamente enterradas por la nueva realidad del capitalismo contemporáneo.

¿Un nuevo capitalismo?

La actual crisis del capitalismo está mostrando la naturaleza quebradiza e inconsistente de la economía mundial. El crack financiero, que refleja las contradicciones entre una sobreacumulación de capitales y una no correspondiente inversión productiva, está poniendo en evidencia la naturaleza cíclica de las crisis que se reflejaron en la quiebra de mega bancos; en el cierre de poderosas empresas automovilísticas; en el hecho de que diez países del ex -bloque soviético "bendecidos" por la democracia capitalista se declararon en quiebra absoluta después de la crisis; en las fluctuaciones monetarias en los países imperialistas y en los países "emergentes" como Brasil; en la quiebra del sector mobiliario, etc.

En este escenario, la idea de García Linera de una nueva etapa del capitalismo aparece como una afirmación delirante. Pero este argumento tiene que ser contestado no tanto en el hecho de las condiciones objetivas del capitalismo -ya vemos que éstas nos muestran su descomposición- sino en el plano subjetivo.

Los izquierdistas posmodernizados que decidieron abandonar toda perspectiva de luchar por la revolución social tienen que justificar su adaptación a la miserable situación del capitalismo dándole vida eterna o al menos un largo ciclo de renovaciones.

La cuestión central reside en saber donde están las fuerzas y directrices capaces de derrumbar a la burguesía. Y como éstas pasan indudablemente por una etapa de desorganización relativa y de debilidad física, los intelectuales de izquierda colaboran con la burguesía en desmoralizar y desorganizar a fuerzas revolucionarias.

En su ponencia García se preguntó sobre la naturaleza social de los cambios que llevan adelante los "gobiernos progresistas" de Evo y Chávez. En un acto de sinceridad intelectual, dijo que éstos no tienen la capacidad de transformar el capitalismo. Este reconocimiento de las limitaciones de los gobiernos populistas es consecuente con la concepción de García Linera de que el capitalismo se está renovando y que comienza una nueva fase.

Los "cambios democráticos" que llevan adelante gobiernos como el de Morales son, pues, parte constitutiva de este nuevo capitalismo en gestación. La conclusión que podemos extraer de la confesión de García Linera es que el MAS conduce a los explotados de este país hacia el sostenimiento de un capitalismo decadente y barbarizado.

Como el marxismo clásico y "su" proletariado han quedado fuera de escena, a los indígenas y pobres de las ciudades sólo les queda colaborar en el sostenimiento del sistema social.

Para rechazar la posibilidad de la revolución, la izquierda posmoderna encuentra su piedra filosofal en el argumento de que o bien no hay proletariado o bien éste ha cambiado tanto que se ha vuelto irreconocible. García Linera hace uso de la segunda opción. Según él, la nueva etapa del capitalismo está forjando otro tipo de clases sociales, hay un nuevo proletariado cuyas características son el trabajo diversificado y heterogéneo, su feminización, la modificación de su identidad de clase.

Más allá de lo que signifiquen estas características, para García lo importante es evidenciar que efectivamente, producto de la ofensiva neoliberal, ha habido modificaciones importantes en las condiciones de trabajo y de organización del proletariado contemporáneo.

Pero estas modificaciones no dicen nada efectivo contra la teoría marxista de las clases sociales, puesto que el proletariado es, en su sentido más general, la clase de trabajadores no-propietarios de los medios de producción en base a la cual se realiza la valoración del capital, y es, por lo tanto, la clase en la cual se sostiene la explotación capitalista y la clave para la destrucción del sistema.

Enterrar ideológicamente al proletariado es enterrar la posibilidad de la transformación social.