7 de octubre de 2023

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SOPLONES EN LA UNIVERSIDAD SAN MARCOS

Por: Gabriel Adrian.

30 de agosto de 2013

El miércoles 28 de agosto, como en los años 80 y 90, los estudiantes de la Universidad de San Marcos capturaron a dos policías de la Dirección Nacional contra el Terrorismo del Perú (DINCOTE) que se habían infiltrado en la universidad para hacer seguimiento de las actividades estudiantiles. Los policías fueron capturados por estudiantes cuando se percataron que estaban grabando una asamblea. Uno de los policías hizo disparos al aire antes de ser detenido poniendo en peligro la vida e integridad de los estudiantes. De esta manera, este policía mostraba su formación gansteril y reflejaba el desprecio que tiene su institución por la vida humana. La policía ha manifestado que había infiltrado agentes en la universidad para hacer seguimiento de las actividades del Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (MOVADEF) en la decana de América.

Esta es la práctica que siempre ha implementado la policía y los servicios de inteligencia del Perú para reprimir las protestas sociales. Durante los años 80 y 90, la policía tenía infiltrados en las universidades públicas e incluso en algunas privadas como la Universidad Católica. Estos agentes se encargaban de identificar a estudiantes que ellos consideraban subversivos. Muchos de estos estudiantes eran después detenidos y muchos desaparecidos. Los casos más notorios son los casos de los 9 estudiantes y un profesor de la Universidad de la Cantuta y las decenas de asesinatos que se cometieron en la Universidad del Centro de Huancayo.

En los años 90, cuando la Universidad de San Marcos era intervenida por el Ejército entraban personas encapuchadas escoltadas por soldados y se paseaban por toda la universidad. Los encapuchados señalaban con el dedo a estudiantes y profesores y estos eran inmediatamente detenidos. De esta manera, la policía e inteligencia buscaba no solamente reprimir la protesta estudiantil sino intimidar al estudiantado para que este deponga sus banderas de protesta.

Pero el soplonaje en las aulas tenía otras facetas. En la mayoría de los casos no eran policías o agentes de inteligencia los que recopilaban tal información sino estudiantes que sindicaban a otros estudiantes de terroristas poniéndolos, así, en peligro de ser detenidos o desaparecidos. Un papel nefasto en este sentido jugaban las organizaciones de la llamada izquierda como Izquierda Unida. Eran estos “izquierdistas” los que con más encono hacían denuncias públicas sobre estudiantes o listas estudiantiles que ellos consideraban “terroristas”. Estos sujetos hacían correr rumores que tal o cual lista era de Sendero Luminoso o del MRTA.

Esta labor de soplonaje se realizaba, en muchas ocasiones, con la cooperación de las autoridades universitarias. El mismo caso se da actualmente. El rector Pedro Cotillo ha sido acusado por estudiantes de colaborar con la policía e inteligencia para que estos realicen labores de soplonaje contra el estudiantes. No será una sorpresa que cuando hayan manifestaciones estudiantiles que estudiantes sanmarquinos, previamente “reglados” por los esbirros de inteligencia, sean detenidos y bien “trabajados” (léase torturados) por los agentes del estado. Cotillo y sus secuaces son responsables de detenciones y torturas.

El MOVADEF es una agrupación legal que no está proscrita por la policia. De tal manera, mal puede justificar la policía tal intervención afirmando que se estaba siguiendo a esta organización. Además, para ello no era necesarion grabar una asamblea estudiantil. Más parece que la policía intenta cubrir información para descabezar el movimiento de protesta estudiantil como ya lo intentó antes en innumerables ocasiones. Desde el punto de vista legal, la policía no tiene derecho a infliltrar agentes. El articulo 8 de la Ley Universitaria, modificado por la ley 25416, del 12 de marzo del 92 (antes del auto-golpe de Fujimori) establece que los locales universitarios son inviolables salvo en caso de flagrante delito o peligro inminente. La Policía Nacional solo puede ingresar a petición expresa del rector o por un mandato judicial. En este caso no existía ni delito flagrante ni peligro imminente y hasta donde se sabe no existía ni petición oficial del rector ni mandato judicial.

La policía atenta, de esta manera, contra la libertad de pensamiento, de expresión, de reunión, de participación política y viola la autonomía universitaria. Y con el más descarado cinismo, un portavoz de la policía ha declarado que se presentaran denuncias ante la Fiscalía por la detención y maltrato de los dos policías. En cualquier país que se repute de democrático rodarían cabezas, la policía sería sancionada porque uno de sus agentes ha puesto en peligro la integridad y la vida de estudiantes al hacer uso de su arma de fuego. Pero estamos en el país del asesino en serie García y el cachaco pusilánime de Humala que era bueno para matar gente desamparada en Madre Mía. En el Perú de hoy como en el de los años 80 y 90 poco o nada valen las libertades civiles y el derecho a la integridad de las personas.

Los estudiantes sanmarquinos y de otras universidades del Perú siempre han dado durante décadas muestra de su combatividad. A fines los años 80 dos estudiantes sanmarquinos fueron muertos en manifestaciones por la policía, un estudiante quedó postrado en silla de ruedas de por vida. Durante la época de Fujimori, el Ejército intervino San Marcos, entrando a pisotear la libertad de pensamiento y de cátedra, requisando de las bibliotecas literatura que los milicos semi-analfabetos consideraban subversiva como obras de Marx o Lenin, deteniendo y desapareciendo estudiantes. Pero a todo esto el estudiantado sanmarquino resistió, cambiando formas de lucha y resistencia, pero sin jamás deponer la lucha contra un estado fascistoide y que hoy remozado vuelve a mostrar su verdadera careta autoritaria.