7 de octubre de 2023

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SEGUNDO AÑO DEL CACHACO HUMALA: MÁS REPRESIÓN PARA EL PUEBLO

Por: Gabriel Adrian.

1ro de agosto de 2013

Ha terminado el segundo año del gobierno de Ollanta Humala, conocido durante la lucha anti-guerrillera 1980-2000 como el Capitán Carlos. Humala ha cerrado su segundo año de gobierno con 29 muertos a causa de la represión de las protestas sociales y más de 600 heridos. Una cifra que avergonzaría a cualquier país que se jacte de ser democrático.

En su mensaje a la Nación por el 28 de julio, Humala se tiró flores afirmando que continuaría con su exitoso gobierno fomentando la inclusión social. El famoso estribillo de “crecimiento con inclusión social” dista mucho de los 29 muertos que van a la cuenta del Capitán Carlos y las innumerables protestas sociales que sacuden el país.

Días anteriores a las Fiestas Patrias, el partido gobernante Gana Perú en contubernio con Perú Posible de Alejandro Toledo, Alianza Por el Gran Cambio de Kuzyncki, los fujimoristas de Fuerza Popular y Acción Popular–Frente Amplio de esa hedionda institución que se llama Congreso pretendieron colocar en puestos de alto nivel como el Tribunal Constitucional, el Banco Central de Reserva y la Defensoría del Pueblo a personajes cuya trayectoria profesional y política expresa la mediocridad y lo corrompido de la clase política peruana. Se intentó colocar a antiguos peones de la mafia fujimorista hoy reciclados en otros partidos como Pilar Freitas, a abogados de fujimoristas abogados de narcotraficantes como Rolando Sousa además de ex-magistrados corruptos. A esta lacra parlamentaria hay que sumarle el APRA, partido que con García Pérez a la cabeza se regodea en lodazales de corrupción y sangre del pueblo. Se puso al descubierto que no importa de que partido se trata, que todos están hasta el cuello en corrupción, que poco les importa el bienestar del pueblo y que lo único que les interesa es llenarse los bolsillos y que, sobretodo, se los llenen los de sus amos grandes empresarios y empresas transnacionales.

Sólo masivas protestas pudieron tumbarse esta iniciativa de delito de cuello blanco, de la ignominia y de la vergüenza. Estas protestas fueron el cierre de este segundo año de gobierno del cachaco Humala que enfrenta la resistencia del pueblo por su gobierno anti-popular, entreguista y chupasangre. Esta semana está de huelga la Federación Médica, la semana pasada fueron las protestas contra la corrupción, antes las marchas de los estudiantes contra un proyecto de ley que afecta la autonomía universitaria y los trabajadores públicos contra una ley promulgada por el gobierno que vulnera los derechos a la libertad sindical y la negociación colectiva y antes las protestas contra la Ley de Servicio Civil. Y las movilizaciones constantes contra proyectos mineros y petroleros que afectan la salud, integridad e intereses de millones de personas en el interior del país. No pasa una semana sin que la gente se movilice en todo el país.

Es por eso que el gobierno le pone tanto énfasis al tema de la seguridad. No solo porque es un tema real sino porque el desarrollo de la seguridad interior se orienta a represión de la protesta social y no a garantizar la seguridad la vida e integridad de los peruanos. Hace poco días muy orondo Wilfredo Pedraza, el Ministro del Interior, conocido por ser un payaso más del gobierno, ha declarado que “los problemas de seguridad tienen que ver con el crecimiento”.

¡Cómo se puede ser tan cínico! El gobierno se pavonea con el crecimiento económico y ahora resulta que este crecimiento es el que fomenta el crimen, el sicariato, el pandillaje y el robo a mano armada. Es decir, el gobierno acepta que el crecimiento favorece a los grandes empresarios y las transnacionales y acentúa las desigualdades, reduce un poco la pobreza pero hace a los ricos más ricos. El Perú se encuentra en la misma tónica que India o China con índices de crecimiento altos pero con una pobreza y desigualdad alarmantes.

Para el gobierno la “seguridad ciudadana” es en realidad seguridad interior. Al gobierno le interesa modernizar sus Fuerzas Armadas y policía para enfrentar movilizaciones sociales. Si no miren con que encono actúa el gobierno para reprimir protestas y con que desidia se combaten el sicariato y las pandillas. En una muestra más de cinismo el gobierno ha creado una unidad en la policía para enfrentar conflictos sociales. Es decir, en vez de reducir la pobreza y desigualdad que son germen de conflictos sociales el gobierno crea una unidad para combatirlos mejor. Como diciendo “la pobreza y desigualdad van a seguir pero les voy a dar palo con más refinamiento”.

Esto es lo que es el gobierno de Humala, calco y copia de sus predecesores, cancerbero de las transnacionales y del gran capital, con un Congreso que parece una cloaca, secundado por una prensa plagada de criminales de la pluma, con unas Fuerzas Armadas y Policía sumidas en el pantano de la corrupción y la ineficiencia y sobre todo, inmerso en una clase política, izquierda parlamentarista y la CGTP incluidas que apoyaron la candidatura del cachaco, que da vergüenza ajena, infestada de rateros, narcotraficantes, cobardes, en fin, de lo peor que ha producido el Perú en décadas. A Gonzáles Prada le hubiera faltado tinta para despotricar contra esta clase política que hace de nuestro país, ese del “crecimiento”, el hazme reir de América Latina.