7 de octubre de 2023

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HAY OLVIDOS QUE SON COMPLICIDADES

Pablo Hernández Parra* ( Soberania.org).

11 de octubre de 2012

Un habitante del cerro al cual le violentaron su casa le disparó al "Rambo" Acosta Carles (así era conocido en el ejército)

A menudo se habla de que el pueblo no tiene memoria y que pronto olvida a sus dictadores y asesinos hasta el punto de volverlos a elegir y seguirlo. Perón en Argentina, Pérez Jiménez 10 años después fue el fenómeno electoral en Venezuela, Alan García volvió a la presidencia del Perú, Fujimori casi vuelve al poder a través de su hija; en fin, pareciera en verdad que las clases y sectores sociales no tuviesen memoria.

En parte esto es explicable por que si observamos en las enseñanzas de la historia, ésta siempre ha sido presentada a partir de la historia oficial donde todo sucede como un libreto previo, puro y limpio, destinada a cumplir la misión y profecías de los héroes y Mesías que la dirigen y salen triunfadores, aunque fuesen derrotados en el campo de batalla. En esto contribuye que a menudo todos los gobiernos y partidos que llegan a la dirección del Estado le dan una nueva interpretación a la historia, de tal manera de que antes de ellos todo es atraso, opresión, entrega y con su llegada es cuando comienza la historia.

No olvidemos algo muy importante: a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, entre los 6 y 17 años que dura la educación básica, JAMAS SE LES ENSEÑA LA HISTORIA PRESENTE Y MENOS CRITICA, salvo que sea como sucede hoy que, usando todos los recursos de la publicidad, de la propaganda y de los medios de comunicación, nos presentan a un oscuro administrador de cantinas de un cuartel como un héroe revolucionario.

En ese sentido, me explico que hoy salgan jóvenes convocados por el gobierno a conmemorar y recordar la revuelta del "Caracazo" de 1989, permitiéndole a la propaganda oficial darle todo tipo de versiones acomodaticias donde aparecen los malos CAP, el FMI,... pero se olvidan y ocultan a los asesinos principales de aquella monstruosa masacre: EL EJERCITO VENEZOLANO, LA GUARDIA NACIONAL, LA DISIP, PTJ Y LA POLICIA METROPOLITANA.

Es insólito que haya sido precisamente este gobierno, dirigido por militares, que tienen en los sucesos de febrero de 1989 como la “génesis de la revolución bolivariana”, los que hayan entorpecido y enterrado en FUERTE TIUNA los restos de los asesinados y ejecutados en aquella masacre, impidiéndole a los familiares de las víctimas su custodia y continuidad en la investigación, llegando al extremo de amenazar a estos familiares con juicios y detenciones, y hasta el día de hoy no ha entregado la lista de los militares y policías que participaron directamente no solo en esta masacre, sino en todas los crímenes, asesinatos y torturas de la llamada IV república.

Estamos en presencia de una juventud que se le bombardea con los miles de asesinatos y violaciones cometidos por la IV república, PERO HASTA HOY NINGUNO DE LOS ASESINOS CONCRETOS, PROBADOS, HAN SIDO TAN SIQUIERA DETENIDOS Y, LO QUE ES PEOR, MUCHOS DE ELLOS SON JUBILADOS Y PENSIONADOS DEL ESTADO, TRABAJAN COMO ASESORES Y HASTA SON DIPUTADOS A LA ASAMBLEA NACIONAL.

Me resulta inaudito que la mayoría de los testigos y actores en las luchas contra ese Estado y contra esos militares y policías, hoy pasen por alto la complicidad de este gobierno en la investigación y esclarecimiento de este y otros crímenes del pasado y del presente, así como también de las masacres y desapariciones de esa época, pero sobre todo la abierta responsabilidad como fue la participación directa de los tenientes, capitanes, mayores BOLIVARIANOS en ese crimen del llamado "Caracazo", el mayor cometido contra una población en toda la historia de Venezuela por un gobierno, pero también POR EL EJERCITO Y LAS POLICÍAS a su servicio.

Fue lastimoso, trágico y grotesco ver a antiguos combatientes, guerrilleros, desfilar uniformados el 4 de febrero ante la dirección del Estado y del Ejército contra el cual no solo combatieron, sino ante quienes son alumnos, heredero, cómplices y continuadores históricos de aquellos asesinos y torturadores de un pueblo y de nuestros camaradas caídos luchando por una sociedad de iguales y no para terminar al final de sus vidas rindiéndole culto y postrándose ante la más vulgar versión de un Estado como es el caudillismo militar populista.

Foto: el general "Rojo, rojito" Roger Cordero Lara, señalado por ONG’s de estar involucrado como victimario en "La Masacre de Cantaura"

El "camarada" Elías Jaua (actual sub-presidente ejecutivo) ha tenido el descaro de justificar la acción del hoy flamante diputado general Roger Cordero Lara, el bombardero de la Masacre de Cantaura, con la reaccionaria teoria de la llamada “obediencia debida”, que incluso en Argentina y Suramérica fueron declaradas inconstitucionales por gobierno que ni siquiera se apellidan "revolucionarios, ni socialistas.[1]

La masacre de febrero-marzo de 1989 cometida por el Ejército Venezolano al servicio del Estado, que es el mismo Estado de hoy, son crímenes de LESA HUMANIDAD cometidos por hombres y mujeres que estaban perfectamente consciente que actuaban contra un pueblo indefenso, que justamente se levantaba contra un gobierno y Estado opresor. Y lo más grave es que todos los militares participantes del MBR-200, no solo eran anticomunistas furibundos, sino que según su novedisima teoría de la conspiración (la famosa Teoría del Chinchorro) ellos insurgirian en el momento en que el pueblo se levantara o cuando la popularidad del gobierno de CAP llegase a su punto más bajo. Y exactamente cuando se dio el momento para el cual tenían años preparándose, salieron a masacrar y a reprimir con especial celo al pueblo insurrecto. Hoy sabemos cómo asesinaron y ejecutaron a la población del Valle cuando un habitante del cerro al cual le violentaron su casa, le disparó al "Rambo" Acosta Carles (así era conocido en el ejército). Luego se encargarían de voltear la historia y presentarla como que fue asesinado por la DISIP, cuerpo de inteligencia que los investigaba.

La historia de la conspiración del MBR-200 en el ejército, es la historia de un golpe permitido y propiciado por los factores de poder, con plena participación de los Notables: Caldera, Uslar Pietri y compañía, con generales del ejército que protegieron durante toda la conspiración a este grupo de militares y hasta con conocimiento de la Misión militar y la embajada de EEUU que se reunió con Chávez en varias oportunidades y tenían al coronel Hugo Posei como el enlace con el propio Chávez.

Esta historia el propio Chávez la ha reconocido públicamente en varias oportunidades y el historiador Agustín Blanco Muñoz la ha demostrado a partir de las entrevistas con los principales protagonistas del golpe del 4 de febrero de 1992. Blanco Muñoz demuestra no solo el carácter anticomunista de sus participantes, sino de la protección y apoyo que recibió Chavez en toda su etapa de conspirador, incluyendo de cómo fue salvado por los generales Ochoa Antich y Santeliz Ruiz [2], cuando ya Carlos Andrés Pérez había dado la orden de bombardear al Museo de la Planicie donde se refugió Chávez durante todo el desarrollo del golpe, SIN ECHAR UN SOLO TIRO, PESE A QUE A TRESCIENTOS METROS LOS CAPITANES ASALTABAN EL PALACIO DE MIRAFLORES Y FUERON DERROTADOS POR CIVILES QUE SE ENCONTRABAN EN MIRAFLORES POR NO RECIBIR EL APOYO DE LA TROPA QUE COMANDABA CHAVEZ.

El propio Chávez ha reconocido todo esta complicidad de los generales que eran los verdaderos jefes de la conspiración, por lo menos desde los años 80. En agosto del 2011 Chávez, en una entrevista televisada con José Vicente, reconoció que el día de su rendición:

"...se me sienta al lado un viejo conspirador que tú conoces el General Santeliz Ruiz, que estaba ahí, era asesor del Ministro pero estaba era con nosotros, estaba en la cuerda floja y me animaba y tal, y me ayudó mucho ese día e incluso salió manejando su carro con Altuve para que no se cumpliera la orden que había dado Carlos Andrés de que yo no saliera vivo del Cuartel de la Montaña. Esa orden la dio Carlos Andrés Pérez. Ellos me sacaron por aquí, sacaron un vehículo militar por allá, y en el carro del General él manejando me trajo aquí, por allá por detrás por el Círculo Militar y ras, ras, Santeliz Ruiz que nunca olvidaré todos esos gestos de coraje y valentía…”[3]

En su maratónico discurso de enero del presente año, cuando presentó sus "Memorias y Cuentos", fue prolijo y abundó en detalles sobre su papel de instrumento de la conspiración de 1992 y, en especial, su labor como apafuegos del capital desde su época de militar y para lo cual le exigía a la derecha le reconociera ese merito histórico.[4]

Es perdonable que un pueblo olvide la historia, cuando olvidar y borrar la memoria histórica del mismo es un objetivo de todo sistema de opresión. Lo que resulta imperdonable y cómplice es que testigos y participantes de estos procesos históricos, supuestamente al lado del pueblo, que a lo largo de sus vidas se han identificado con la "revolución y el socialismo", hoy callen y no digan nada sobre este papel del EJERCITO, GUARDIA NACIONAL Y POLICIAS en la masacre de febrero-marzo de 1989.

Y este silencio y complicidad es más imperdonable en una época como la actual cuando el propio gobierno reconoce, a través de sus informes oficiales y voceros calificados como la Fiscal General y el ministro de Interior y Justicia, que los militares y policías al servicio del Estado Venezolano y bajo el control del gobierno nacional son los responsables del 20 % de los peores delitos que se cometen en el país como secuestros, homicidios, extorsión y siembra del delito.

De los 170.000 homicidios cometidos en el país en estos once años del siglo XXI, esos cuerpos policiales y militares son responsables de más de 15.000 ejecuciones, óigase bien: ejecuciones, no muertos en enfrentamiento, lo que significa que bajo la "revolución socialista y bolivariana del comandante Chavez" los cuerpos policiales y militares han cometidos más crímenes y masacres que los cometidos por todos los gobiernos de Venezuela desde la época de Pérez Jiménez.

Y ante esta realidad ya no es posible callar y menos adoptar la posición del avestruz. No olvidemos jamás aquellas famosas poesías que recitábamos en los años de la lucha armada.

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".

(Martin Niemöller, 1892-1984, Pastor protestante encarcelado por los nazis desde 1937 a 1945).

"La primera noche ellos se acercan y cogen una flor de nuestro jardín, y no decimos nada.

La segunda noche ya no se esconden: pisan las flores, matan nuestro perro y no decimos nada.

Hasta que un día el más frágil de ellos entra sólo en nuestra casa, nos roba la luna...

Y conociendo nuestro miedo nos arranca la voz de la garganta.

Y porque no dijimos nada ya no podemos decir nada".

(Vladimir Maiakovski. Poeta ruso, 1893-1930)

"Por protestar las injusticias, vinieron por mí.

Por defender mis principios, vinieron por mí.

Por ver la vida de manera distinta, vinieron por mí.

Por proteger lo más querido, vinieron por mí.

Por no ser su cómplice, vinieron por mí.

La democracia, la libertad y la justicia no se vieron vulneradas porque VINIERON POR MI.

Lo fueron porque NADIE DIJO NADA.

(Anónimo)

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Notas:

[1] http://www.cels.org.ar/common/documentos/sintesis_fallo_csjn_caso_poblete.pdf
[2] Hoy es el verdadero rector del CNE, desde hace muchísimos años)
[3] http://runrun.es/runrunes/23329/casi-20-anos-despues-chavez-confirma-que-el-general-santeliz-ruiz-conspiraba-antes-de-1992.html
[4] http://www.soberania.org/Articulos/articulo_7016.htm