7 de octubre de 2023

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PERÚ: CONSTRUIR EL FRENTE POPULAR

Por: Dante Castro.

16 de julio de 2009

Parece que a algunos dirigentes les gusta jugar con las espectativas de las masas. Primero convocan a un Paro Nacional; luego esa convocatoria es rebajada a una Jornada Nacional de Protesta y después se le degrada a un mitin encasillado en la plaza bajo presión policial. La "clase dirigencial" interpreta el momento político desde otra perspectiva. Están en la bromósfera o la tontósfera, pero no pisan tierra. La "clase dirigencial" tiene su proyecto de unidad, pero no para luchar, sino para conciliar y perder una vez más las elecciones.

Desde las bases sentimos otro clamor, otra tonada, otro llamado. Allá arriba, donde se reúnen los supuestos dueños de la izquierda peruana, solo se piensa en elecciones. El día 08 se vio claramente quienes están por la revolución y quienes están por el inmovilismo. La "izquierda que la derecha necesita", empantanada en sus discusiones de siempre (quienes figuran en las fotos, quienes salen a declarar, quienes usarán de la palabra, etc.). La izquierda revolucionaria decidió romper los cordones de seguridad que el Estado le impuso al mitin y que la CGTP aceptó. La marcha, fuera ya de los marcos del inmovilismo electorero, fue un éxito. Por eso la policía la reprimió al final con excesiva violencia.

A los electoreros nadie los reprime, pues cumplen fielmente con lo que les impone el sistema. Pero la juventud no confía más en ellos; la brecha generacional es notable y abismal. Los oprimidos de esta tierra, de cualquier generación, mucho menos confían en la clase dirigente. Todos quieren construir el Frente Popular para luchar. Ese gran Frente Popular se está armando desde las bases, con la plena coincidencia de muchos que, haciendo a un lado las diferencias de los de arriba, imponen la solidaridad de los de abajo. Así como escribió Luis de la Puente Uceda: "unidad en la acción, unidad para la revolución", hoy más que nunca es necesaria la acción, la generalización de la insurgencia popular, la construcción del Poder Popular y determinarse a empuñar la tarea estratégica: Todo el poder a los frentes de defensa; asamblea constituyente popular con poder; desechar las ilusiones del circo electoral 2011.

El Perú es un caso muy distinto a Venezuela, Bolivia o Ecuador. Aquí el camino de las ánforas es el camino del gran fraude que se comete desde la misma legislación electoral heredada de Fujimori y Montesinos, refrendada en la Constitución fujimontesinista que tres gobiernos "democráticos" no han cambiado. Venezuela no se asomó a la democracia popular después de un largo periodo de violencia, como el que vivió el Perú durante 15 años. Eso tampoco pasó en Bolivia y/o Ecuador. Nosotros tenemos que reconstruir el tejido social de la izquierda después de una grave derrota estratégica. Nosotros tenemos todavía las huellas de la violencia, de la fragmentación y de la impunidad. Somos una realidad distinta, y quienes quieran hacer del Perú una emulación del caso boliviano o venezolano, se equivocan.

Estamos a las puertas de una situación política revolucionaria, pero si los mismos que la desaprovecharon en 1977-79 siguen frenando a las masas que aún controlan, esa oportunidad histórica se habrá perdido nuevamente. Es tiempo de definirse entre la vía burocrática o la vía revolucionaria. No hay tercera vía. Si el presente es de lucha, el futuro será nuestro.