7 de octubre de 2023

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EL 1º DE MAYO EN EL PERÚ Y EL MUNDO

Por: Mauricio Quiroz Torres*

8 de mayo de 2009

"Un proletariado sin más ideal que la reducción de las horas de trabajo y el aumento de los centavos del salario no será nunca capaz de una gran empresa histórica" (J.C. MARIATEGUI).

La misión histórica del proletariado.

El 1º de mayo es una fecha importante para el proletariado. No es el día del trabajo como pregonan las clases dominantes y el Estado sino el Día del Proletariado Internacional- como lo dispuso un Congreso del socialismo y que luego se ha extendido a los Trabajadores en general. El 1º de Mayo es una Fiesta de la Revolución Mundial, como diría Manuel González Prada pues es un día simbólico donde los oprimidos y explotados se juntan para contarse, unificar sus aspiraciones y prepararse a la acción demoledora y definitiva contra el Estado y sus lugartenientes. Ya Don Manuel decía que el 1º de Mayo en vez de sólo pregonar la lucha de clases debe predicarse la revolución humana o para todos.

El 1º de Mayo nace en honor al proletariado de Chicago, EEUU, que luchando por la jornada laboral de sólo 8 horas de trabajo diario, en 1886, fue reprimido salvajemente por los capitalistas en complicidad con venales autoridades policiales y judiciales que llegaron a ajusticiar a varios líderes obreros norteamericanos. Tiene por ello un sello de clase en favor del proletariado para que asuma deberes de clase, para que se afirme como clase social oprimida dispuesta a terminar con la explotación y la humillación. Y tiene un inicio sangriento pues el asesinato masivo de obreros, los encarcelamientos y la pena de muerte judicial a líderes obreros no partió del proletariado y el pueblo sino del seno de los capitalistas y la clase dominante incluyendo la fuerza pública y el llamado poder judicial.

Como fecha importante para el proletariado y el pueblo debe rememorarse como un día de lucha, de balance, de preparación, de homenaje a las gestas políticas y sociales que conmovieron al mundo, de honra de sus mártires y héroes no como una fecha cualquiera. Y en el contexto actual vale la pena preguntarse sobre los inicios del movimiento obrero, la situación del proletariado internacional y de las tareas a asumir hoy en día.

En la Revolución Francesa de 1789 la aparición del proletariado fue débil, no estaba organizada como clase ni tenía conciencia del momento histórico que acontecía en esa Francia que nos legó la libertad republicana- ideologizada como liberalismo- bajo la conducción de la clase burguesa. Posteriormente con Babeuf, los ludistas, la Comuna de Paris, los Consejos Obreros Europeos, la revolución Bolchevique en Rusia, la revolución china con el Maoismo, la Gran Revolución Cultural Proletaria, etc. se supera esa inicial aparición del proletariado francés en una revolución; proletariado aún preñado de espíritu pequeño burgués por provenir del artesanado como muy bien apunta el Amauta José Carlos Mariátegui. Con la aparición de su ideología- el marxismo y su desarrollo posterior- el proletariado ha tenido un sistema definido para luchar por la revolución humana, para todos, incluyendo su emancipación cancelando el sistema capitalista que lo origina como clase: esa es su misión histórica la que no está exenta de vicisitudes como ha acontecido desde que apareció en escena.

De allí que cada lucha del proletariado como sindicato o como Partido le ha afirmado más aún como clase social oprimida y cada lucha le ha servido para superar viejas ideas, métodos y hasta líderes caducos pues llegan instantes donde se capitula, se arria las banderas de la revolución. Pero el proletariado continúa en escena como un actor principal de la lucha por la emancipación humana. Y todas las luchas han sido motivo de enfrentamiento abierto y encubierto contra determinadas concepciones-aparentemente triunfantes en un momento- pero nunca como ahora contra un capitalismo que ha desarrollado una sociedad postindustrial, una sociedad de la información, una universalización unipolar y poli continental de la sociedad donde se busca pulverizar al proletariado internacional, la única clase con la cual la humanidad iría camino a su emancipación social. Capitalismo que aún proclama- como lo dice David Boaz del Instituto Cato- que ya no hay argumentos serios a favor del socialismo, el proteccionismo o los controles de capital y que la gente ha decidido que quiere ser parte de la prosperidad global.

Así como Boaz otros epígonos de la clase dominante capitalista le dijeron a los proletarios del mundo y al pueblo- desde la década del 90- que con la aplicación de las políticas de la oligarquía imperialista mundial (banco mundial-BM, banco interamericano de desarrollo-BID, fondo monetario internacional-FMI, etc.) los pueblos iban al progreso y la paz segura. En América Latina, Asia, Europa, Canadá, USA, etc. el proletariado y el pueblo fueron obligados a aceptar la reducción del salario, la privatización de las empresas, la reprimarización de sus economías, la participación en las acciones de las empresas imperialistas y de la gran burguesía, para acceder a la modernidad capitalista, a los presuntos beneficios de la globalización. Hasta se proclamó que la ideología del proletariado- el marxismo y su desarrollo- era caduca y que había que abandonarla, que las guerras iban a ser cosa del pasado y que la lucha de clases era inoportuna para las sociedades y los proletarios en particular. Se quiso dejar sin un norte y sin un corazón a la clase obrera mundial y el capitalismo cooptó a otrora revolucionaristas y defensores del proletariado y el pueblo.

La década del 90 ha significado en el Perú dirigencias más revisionistas, más oportunistas y más vendeobreras y que no resistieron a la ofensiva del capitalismo imperialista. Arriaron las banderas del proletariado internacional refugiándose hoy en el socialdemocratismo y en una suerte de izquierda democrática o nueva izquierda farisea. La aristocracia obrera cuestionada por el Leninismo devino en el Perú en Aristocracia Socialista que inundó a los partidos y grupos revolucionarios, quienes no desarrollaron luchas reivindicativas consistentes y se apartaron definitivamente de la lucha por el Poder Político para la clase y el pueblo condenando inclusive a quienes se atrevieron a tomar el cielo por asalto. Otros sacaron a relucir la verdadera faz del capitulacionismo con un acuerdismo antimarxista.

Revisionistas y oportunistas de ahora siguen la sinuosa trayectoria de contumaces revisionistas de antaño que en la década del 40 llamaron el Stalin Peruano a un representante de la Oligarquía, de aquéllos que en la década del 60 llamaron al voto por Belaúnde y de quienes se ilusionaron con el antiimperialismo y la justicia del General Velasco o de quienes fueron eximios colaboradores de la primera fase del fujimontesinismo y hoy los hallamos de mayordomos del gobierno de Toledo mas títere del imperialismo, más corrupto, más violador de los derechos humanos y que recientemente ha condenado en la ONU a la Cuba socialista. La aristocracia socialista de los Sánchez Albavera, Carlos Amat, César Barrera, Luis Guerrero, Gloria Helfer etc.- colaboracionistas del fujimontesinismo en la década del 90- ha sido superada en servilismo al capital por quienes desde el 2001 defienden al gobierno de Toledo y la oligarquía imperialista mundial: Fernando Rospigliosi, Kurt Burneo, Javier Neves, Manuel Dammert, Carlos Basombrío, García Sayán, Henry Pease, Susana y Fernando Villarán, Gino Costa, Santiago Pedraglio, etc. El revisionismo y oportunismo de antaño se sorprende de lo que estos revolucionaristas hacen hoy en día incluso en el Parlamento - ese establo al decir de Lenin- con Javier Diez Canseco, Luis Guerrero, Edgar Villanueva, etc.

Todo ha sido en vano. No se ha podido derrotar a la clase obrera ni sepultar su ideología ni el mundo ha cambiado en favor de prosperidades lejanas como anunciaron los defensores del capitalismo. El propio capitalismo mundial arrojó por la borda tales deseos.

Hoy el mundo capitalista vive una grave crisis y el parasitismo capitalista sigue siendo un oprobio para millones de proletarios y pueblos del mundo pues mientras un puñado de ricachones vive del corte del cupón- especulaciones financieras, deuda externa y sus intereses- satisfaciendo vorazmente sus necesidades- con corrupción incluida-, el proletariado y el pueblo se sumerge en mayor hambre y miseria. Al proletariado y al pueblo de nada le valen los pontificados títulos de propiedad de terrenos y viviendas que auspicia el vulgar economista Hernando de Soto ya que ni siquiera puede acceder a créditos toda vez que sus reducidos salarios le alcanzan sólo para una sub-alimentación y los que acceden siempre están en moratoria y de refinanciación tras refinanciación.

Cabe preguntarse, entonces, si debemos seguir aceptando a pie juntillas todo lo que viene de la clase dominante, del Estado, de la oligarquía imperialista mundial y le corresponde al proletariado decidir- como vanguardia del pueblo- y la respuesta es definidamente contraria a embarcarse en las aventuras del capital.

Ni ayer ni hoy ni mañana el capitalismo traerá beneficio significativo a los pueblos. Cuando se ha aceptado las ideas del capitalismo- distribuida por tanto espadachín a sueldo que funge de economistas, políticos y sociólogos acantonados en ONG, periódicos, burocracia estatal o en jugosas consultorías de la oligarquía imperialista mundial (BID, BM, FMI) etc.- más ha perdido el proletariado y el pueblo: mas deuda externa, mas analfabetismo, mas prostitución, más hambre, más delincuencia, mas corrupción, mas tarifas, más impuestos, mas degradación del medio ambiente, menos empleos, menos salario, menos educación pública, menos sindicatos, menos negociación colectiva, menos futuro para los jóvenes. Con la privatización de las empresas públicas ofrecieron modernidad, empleo, tarifas justas y tenemos tarifas superiores hasta a los países del primer mundo y contamos con menos puestos de trabajo de salarios reducidísimos; con la reforma del Estado anunciaron más inversiones públicas, menos gastos corrientes y hoy vemos lo contrario: invierten menos en obras públicas, saquean el dinero popular vía tributos expropiadores para sus gastos corrientes y la alta burocracia- incluyendo su parasitaria clase política palaciega y parlamentaria- se lleva altos sueldos que el pueblo ni la Constitución amparan. Las reformas educativas- dijeron- iban a llevar a nuestros alumnos a la modernidad y a la dignificación magisterial y al contrario tenemos alumnos que no saben leer, escribir ni sumar en medio de maestros tuberculizados y con salarios de hambre.

Preguntarse, entonces, el porqué debe ser el proletariado y su ideología los que lideren esta resistencia debe ser absuelta, reflexionada, por quienes trabajan por la emancipación social, por esa revolución mundial para todos que anuncia todo verdadero revolucionario como cuando los fundadores del marxismo aclaraban la ideología marxista con el cual ponemos punto final a este artículo:

"Cuando los escritores socialistas asignan al proletariado este papel histórico-universal, no es, ni mucho menos, como la Crítica pretexta creer, porque considere a los proletarios como dioses. Antes al contrario, por llegar a su máxima perfección práctica, en el proletariado desarrollado, la abstracción de toda humanidad y hasta de la apariencia de ella; por condensarse en las condiciones de vida del proletariado todas las condiciones de vida de la sociedad actual, agudizadas del modo inhumano; por haberse perdido a sí mismo el hombre en el proletario, pero adquiriéndose, a cambio de ello, no sólo la conciencia teórica de esta pérdida, sino también, bajo la acción inmediata de una penuria absolutamente imperiosa- la expresión práctica de la necesidad-, que ya en modo alguno es posible esquivar ni paliar, el acicate inevitable de la sublevación contra tanta inhumanidad: por todas esas razones, puede y debe el proletariado liberarse a sí mismo.

Pero no puede liberarse a sí mismo sin abolir sus propias condiciones de vida. Y no puede abolir sus propias condiciones de vida sin abolir todas las inhumanas condiciones de vida de la sociedad actual, que se resumen y compendian en su situación. No en vano el proletariado pasa por la escuela, dura, pero forjadora del temple, del trabajo.

No se trata de lo que este o aquel proletario, o incluso el proletariado en su conjunto, pueda representarse de vez en cuando como meta. Se trata de lo que el proletariado es y de lo que está obligado históricamente a hacer, con arreglo a ese ser suyo.

Su meta y su acción histórica se hallan clara e irrevocablemente predeterminadas por su propia situación de vida y por toda la organización de la sociedad burguesa actual."

(*): VicePresidente del Instituto Pueblo Continente