7 de octubre de 2023

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PARO NACIONAL EN PERÚ: MÁS DE 200 DETENIDOS

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10 de julio de 2008

En el Cuzco, una de las ciudades donde la huelga se sintió con mayor fuerza, unas veinte mil personas, entre empleados públicos, obreros, maestros, estudiantes y campesinos marcharon por las principales calles de la ciudad gritando consignas contra la política neoliberal del gobierno y las intenciones gubernamentales de promover el retorno del latifundio, a partir de la venta de las tierras de las comunidades campesinas. Se exigió la salida del país de un contingente militar estadounidense. Marchas similares se produjeron en diversas ciudades del país, donde manifestantes cortaron rutas y sostenían escaramuzas con la policía.

@DIN, 10 de julio de 2008 - Un paro de 24 horas en Perú para protestar contra la política económica del presidente Alan García se cumplió este miércoles, 9 de julio, con bloqueo de rutas y marchas, en una jornada en que más de 200 personas fueron detenidas por la policía y los manifestantes incendiaron la sede de un gobierno regional.

Miles de trabajadores salieron a las calles en todo el territorio nacional, demostrando el poder movilizador de las fuerzas campesinas, sindicales y de izquierda en este país. Fuentes independientes calcularon la cantidad de personas que se movilizaron, solamente en la ciudad de Lima, en más de 10.000. Además de ello, hubo movilizaciones de importante envergadura en numerosas ciudades y pueblos del Perú.

En el Cuzco, una de las ciudades donde la huelga se sintió con mayor fuerza, unas veinte mil personas, entre empleados públicos, obreros, maestros, estudiantes y campesinos marcharon ayer por las principales calles de la ciudad gritando consignas contra la política neoliberal del gobierno y las intenciones gubernamentales de promover el retorno del latifundio, a partir de la venta de las tierras de las comunidades campesinas.

La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), que llamó a la protesta, evaluó la paralización como "contundente y exitosa a nivel nacional", según declaró Mario Huamán, secretario general del gremio.

El paro fue convocado para protestar contra las promesas no cumplidas del gobierno y el alza en el costo de vida, pero ha servido para expresar inquietudes sobre múltiples temas sectoriales y regionales.

En un balance, el presidente García dijo que los peruanos "no tuvieron voluntad de paro", pero reconoció que "hay una insatisfacción en un gran sector de la sociedad peruana". "Saludo a los que han protestado pacíficamente y a los que han trabajado llevando su protesta en la cabeza", afirmó.

Sin embargo, el mandatario condenó "brotes de violencia" en la ciudad de Puerto Maldonado (sureste), donde manifestantes incendiaron y prácticamente destruyeron la sede del gobierno regional. "Turbas descontroladas han incendiado el local del gobierno regional de Madre de Dios, e incluso han agredido con flechas al personal", dijo el jefe de gabinete Jorge del Castillo.

"La situación está bajo control en Puerto Maldonado. Ha vuelto la calma", dijo el jefe de la policía, general Octavio Salazar, en declaraciones a la radio RPP en la noche. El incendio dejó tres policías con heridas producto de flechazos lanzados por manifestantes, informó un portavoz del Hospital Santa Rosa, en Puerto Maldonado.

El jefe policial peruano elevó a 216 la cifra de detenidos, por encima del primer balance de 200 ofrecido por el ministro del Interior, Luis Alva Castro.
Las detenciones se produjeron, según la policía, "por intentos de los huelguistas de bloquear carreteras", sobre todo en regiones del sur del país, las más pobres y que son las mayores opositoras al gobierno del presidente García.
Tal como se anunció en días previos las fuerzas armadas salieron a las calles en apoyo a la policía.

En Lima, el paro tuvo el efecto de producir una sensible disminución del transporte público.
El paro se produce cuando Perú atraviesa un período de euforia económica, beneficiándose de un crecimiento cercano al 9%, jalonado por el sector minero.
Este crecimiento, sin precedentes en este país de 28 millones de habitantes, se da especialmente en Lima y en la costa, mientras que las zonas selváticas y andinas al este y sur del país se sienten abandonadas por el Estado.

También las mineras y el gobierno peruano han sido denunciados permanentemente, durante los últimos 10 años, por contaminar y destruir irremediablemente el ecosistema que se explota.
Más de 10.000 trabajadores marcharon en Lima y se concentraron en la céntrica Plaza Dos de Mayo, escenario de manifestaciones obreras, para asistir a un acto en que los líderes del paro reclamaron solución a sus demandas. Marchas similares se produjeron en diversas ciudades del país, donde manifestantes cortaron rutas y sostenían escaramuzas con la policía.

El paro de la CGTP complementa una paralización de 48 horas que se inició el martes, convocada por la Confederación Campesina del Perú y la Confederación Nacional Agraria. Ambos gremios rechazan una ley que permite el ingreso de empresas mineras en territorios de las comunidades campesinas y que significaría la disolución de las mismas, según denuncian.
En Ayacucho (sur), el cívico Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo exige la expulsión de unos 200 soldados de Estados Unidos que desde junio cumplen faenas no determinadas, denunciando que sus actividades militares violan la soberanía nacional.

Huamán, líder de la CGTP, dijo que los trabajadores exigen al gobierno un aumento general de sueldos y salarios para compensar "el alza incesante del costo de vida", así como "el cambio de la política económica neoliberal que atenta contra los intereses de los más pobres".
El historiador y analista político Nelson Manrique dijo que el éxito del paro nacional conlleva la exigencia de un cambio general, no sólo en materia de política económica.

La demanda social se extiende, según Manrique, a la defensa de la soberanía nacional, comprometida por políticas oscuras de relacionamiento con Estados Unidos.

El tema, agregó, es crítico, porque el próximo año Washington debe retirar la base aérea que tiene en Ecuador y “no es demasiado aventurado pensar” que pretenda instalarla en Perú, por lo que es saludable que el pueblo de Ayacucho haya rechazado esa pretensión.

El gobierno de Perú niega la existencia de una base norteamericana en el país, pero el líder opositor Ollanta Humala considera que la misma existe de hecho, al margen de formalidades.
Explicó que los estadounidenses tienen hace años bases antidrogas en territorio peruano y una presencia constante de sus tropas en Perú, que inclusive izan la bandera norteamericana en los lugares que ocupan en este país.