7 de octubre de 2023

INICIO > LATINOAMERICA > Perú

MONICA FERIA Y EL ODIO DE UN ESTADO INFECTO

Por: Luis Arce Borja.

9 de enero de 2008

La detención de Mónica Feria Tinta, nos vuelve a recordar que el Perú, es un país, oficialmente hablando, infecto en cuyo terreno político han germinado las hierbas más inmundas y decadentes. Desde el presidente de la Republica, pasando por el cardenal de los católicos, curas, jueces, periodistas y hasta los que se dicen defensores de los derechos humanos, registran un pergamino de indecencia y un prontuario que haría sonrojar al más pervertido de los delincuentes comunes. Usan el chantaje, la amenaza, la mentira y cualquier recurso ilegal para silenciar, y si es posible asesinar, a los que se atreven a denunciar el sistema criminal y corrompido que impera impunemente en Perú.

Mónica Feria, es una abogada peruana que en 1997 se presentó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la ciudad de Washington, para denunciar al Estado peruano por el crimen de más de 100 prisioneros de guerra. Este asesinato masivo fue ejecutado en la prisión de Canto Grande (Lima) en mayo de 1992 cuando gobernaba el Perú la mafia de Fujimori y Montesinos. En el año 2000, la CIDH admitió esta denuncia, y desde ese momento se desarrolla un proceso penal para que el Estado peruano sea sancionado por las leyes internacionales por un genocidio que a todas luces fue planificado como medida exterminadora de los que en Perú son considerados “senderistas” o “terroristas”. Mónica Feria, estuvo prisionera 1992, y es una sobreviviente de la matanza de Canto Grande, en razón de ello constituye para la CIDH una prueba viviente y acusadora de la naturaleza sanguinaria del Estado peruano y de aquellos que emplean el crimen organizado como método para defender el sistema imperante. Después que fue liberada en 1994 por el poder judicial peruano se trasladó a Inglaterra y desde ahí, en su calidad de abogada, se dedicó a defender a las victimas de la política represiva del Estado Peruano. En el 2007 su testimonio personal, redactado en varios idiomas, fue publicado bajo el titulo de “YO CONOZCO EL INFIERNO, HE VENIDO DEL INFIERNO...” (El Diario Internacional, 11 de febrero 2007). Dicho texto estremecedor se difundió en Europa, Estados Unidos y Canadá. Ese testimonio y su fortaleza para seguir acusando al Estado peruano por las violaciones de los derechos humanos, la hizo merecedora de un reconocimiento y premio internacional, además de 150 mil dólares, otorgado (octubre 2007) por la Fundación Gruber con sede en Norteamérica.

¿Cuáles son los delitos que ha cometido Mónica Feria para que la policía alemana a pedido del gobierno peruano la detenga el 28 de diciembre pasado para ser extraditada al Perú?. La prensa, sobre todo aquella que es financiada por el fujimorismo (diario Expreso, diario La Razón), no ha dejado de lanzar estridentes gritos para decir con simpleza que la sobreviviente de Canto Grande, es una “delincuente senderista”, sin aportar ninguna prueba valedera. Así el mismo Marcos Ibazeta, ex presidente de la Sala Penal para casos de Terrorismo, ha dicho “que hasta el momento no se conoce si el tipo penal que se le imputa a Mónica Feria es pertenencia a la organización senderista, colaboración, apología o actos concretos de violencia”. Este caso es ilustrativo de cómo funciona la justicia peruana y como actúan las autoridades políticas de este país. Para comenzar el poder judicial es un antro donde rige la ventaja para el delincuente común, el narcotraficante, el contrabandista y criminales avezados que tienen el respaldo de las leyes y las disposiciones judiciales. En este terreno el mismo presidente actual del Perú tiene deudas pendientes con la justicia. García Pérez, fue el responsable de la matanza de 300 prisioneros de guerra en 1986, y por este hecho abominable tiene varios procesos acusatorios en organizaciones internaciones de defensa de derechos humanos. García es el prototipo de personaje político del Perú, que salió huyendo del país en 1992 acusado de robos, coimas y otros delitos para regresar después para instalarse una segunda vez en el palacio presidencial.

¿Entonces de qué se acusa a la abogada Mónica Feria?. No basta decir que ellas es “senderista” o “terrorista”, como difunde esa desvergonzada y mercenarizada prensa peruana que en coro han repetido las falsas acusaciones que anteriormente utilizaron con otros ciudadanos peruanos y que después el poder judicial se vio obligado de declararlos inocentes. El caso de de Adolfo Olaechea es el caso mas reciente, y que mostró esa combinación entre artimañas policiales, y la actividad inmoral de una prensa siempre lista para apoyar infamias y montajes de desinformación dirigido a desviar la atención del pueblo. Sin equívocos, los “delitos” de Mónica Feria se pueden resumir en los siguientes: uno, haber sobrevivido al exterminio de prisioneros en el penal de Canto Grande. La existencia de esta sobreviviente es en si, una condena para infames individuos, principalmente Alberto Fujimori quien ordenó ese baño de sangre en 1992. El segundo delito se refiere el haber tenido el coraje de denunciar en una institución internacional al Estado peruano como el responsable de sanguinarias matanzas y violaciones de los derechos humanos. Tercer delito, haber ganado un merecido premio internacional por su trabajo precisamente en defensa de los derechos humanos en Perú, y en particular en defensa de los prisioneros políticos y de guerra que hasta la actualidad padecen los rigores inhumanos de un sistema carcelario brutal y exterminador. Este premio a Mónica Feria, tiene mayor valor aún si se toma en cuenta que en Perú no existe ninguna organización privada o estatal que en verdad se ocupe con ética y justicia de los derechos humanos.

Hay que recordar que casi todas las organizaciones no gubernamentales (ONG) dedicadas supuestamente a la defensa de los derechos humanos, han convivido con los regimenes criminales que se turnaron en el poder, y en el mayor de los casos fueron cómplices encubiertos de las matanzas que se planificaron y ejecutaron desde el Estado. Un ejemplo de lo que aquí denunciamos lo entrega la reciente declaración de Francisco Soberón, director de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), una ONG de propiedad de la izquierda legal peruana y que recibe importante sumas de dinero de instituciones de los países ricos. Soberón que en 1985 apoyó la candidatura electoral del Alan García Pérez y que en 1990 sostuvo al gobierno de Alejandro Toledo, ha dicho para referirse al caso Mónica Feria, que la extradición “tiene que hacerse de manera rápida…El Estado siempre ha sido ineficiente en actuar adecuadamente y esperemos que las dificultades se superen. Allí hay un tema pendiente que la justicia peruana tiene que subsanar de manera rápida”. (Conversación con el programa “No Hay Derecho” de Radio San Borja, 4 de enero 2008). Pero Soberón, ex militante de Vanguardia Revolucionaria (VR), y uno de los fundadores del Partido Unificado Mariateguista (PUM), y activista de Izquierda Unida, aprovechó la ocasión para repetir su odio y condena a la “condecoración -Premio Justicia- que recibió Feria Tinta de la Fundación Gruber del Georgetown University Law Center, en Washington DC, el 10 de octubre del año pasado”. Dijo Francisco Soberón: “Ella podrá haber actuada como abogada litigante, pero de ninguna manera la consideramos defensora de derechos humanos. Si el premio se la dio esta fundación, que asuma las consecuencias de esta determinación. Nosotros reiteramos que criticamos y objetamos esta decisión de esta institución norteamericana".

Para concluir, se constata que el Perú sigue en su encrucijada histórica y no tiene salida a corto plazo. Sin poder judicial que valga algo, un parlamento de bribones, un poder ejecutivo que funciona como banda de los bajo fondos, con una prensa cuya abominable existencia depende del dinero del Estado, con una izquierda que es peor que la derecha, y con individuos como Soberón que se dicen defensores de los derechos humanos pero que en la practica favorecen el crimen y la delincuencia que se comete desde el Estado. El Perú, por el momento está perdido y con esta lacra política el país seguirá siendo una republica de pacotilla y sin futuro valedero. Mientras las leyes sirvan para el injurio y para encubrir a mafiosos y genocidas, el Perú nunca será un país respetable, digno y donde se respete el derecho de cada uno. Mientras circulen por palacio de gobierno individuos como Alan García Pérez, Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y otros, el Perú seguirá siendo una miseria con constitución y un hazmerreír en el extranjero,

9 de enero 2008.