7 de octubre de 2023

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¡FUSILEN AL CHIVO EXPIATORIO!

Por: Herbert Mujica Rojas.

30 de septiembre de 2007

Especial para El Diario Internacional.

¿Cómo es que la prensa acrítica que no concilia fechas ni precisa autorías, el ministro de Salud, Carlos Vallejos que ya pide la cabeza y la cárcel de los supuestos delincuentes, el viceministro José Gilmer Calderón que, cual Poncio Pilatos, se lava las manos, y todos culpan en sintonía rara y hasta sospechosa, al ex jefe del SIS, el médico cirujano Julio Espinoza Jiménez, si él no estaba en Lima para cuando se hicieron las compras de emergencia y con precios elevados, no recibió el dinero del MEF, no firmó ninguna solicitud del mismo, es decir NO existía porque había viajado a donde las papas quemaban, en Ica, y ahora se lo quiere fusilar como al gran chivo expiatorio de un asunto que se complica diariamente?.

¡Y para redondear la impostura, su partido, el APRA, donde milita 45 años, le suspende todos sus derechos políticos y lo sentencia sin escucharlo ni llamarlo! No es raro que el facilismo, de por sí mediocre, de toda la casta política; la irresponsabilidad criminal de burócratas que quieren encontrar un criminal lo antes posible y la vocación facinerosa de un ministro, se desgañiten bramando por la carcelería, sin proceso administrativo ni judicial alguno del señor Espinoza Jiménez. ¿No huele a conspiración este asunto fétido pleno en irregularidades que esconden otros hechos? Veamos.

El señor José Vega Díaz, responsable del SIS en lo administrativo, ante la Comisión de Fiscalización del Congreso aceptó que él hizo el listado de bienes a adquirir; realizó el estudio de mercado; decidió las compras y autorizó el pago a los proveedores entre los días 16 al 18 de agosto. Vega subrayó que su mando era el de una posición de confianza y que había ingresado en la gestión anterior de José Gilmer Calderón, hoy viceministro de Salud, quien tuvo el desparpajo increíble de “limpiarse” de cualquier trabazón ante los congresistas, afirmando que casi no conocía o tenía una relación muy tenue con Vega. Entonces ¿quién le recomendó a éste? ¿No es verdad, como ya empieza a descubrirse, que el viceministro presionó porque se mantuviera en el puesto a Vega? El señor Vega ha defendido en el Congreso, las compras del SIS, las que en su opinión estaban bien hechas, porque eso había atendido las urgentes necesidades de la población luego del terremoto del 15 de agosto. Es más, dijo, todo en un bloque expositivo, que él había solicitado el dinero al MEF, confeccionó la lista de bienes a adquirir, las compró y pagó entre los días 16 a 18. ¿Por causa de qué no se ha hecho hincapié en la categórica expresión del señor Vega? ¿o hay que ajusticiar, de todos modos, al chivo expiatorio Julio Espinoza Jiménez que NO estaba en Lima, los días de estas ocurrencias? Vega, más aún, informó a los legiferantes que Plamol dejó un cheque de S/ 4 millones en garantía de cumplimiento de proveedor el mismo que fue devuelto –el título valor- el 24, porque honró el compromiso de entrega de los bienes materia de todo el escándalo con ¡reo anunciado!.

¡En buen romance, José Vega Díaz, no sólo ha asumido la responsabilidad de los actos materia de la preocupación que embarga a cierta prensa y a un número de legisladores que sentencian sobre culpabilidades e inmoralidades cuando aún no se actúan pruebas, y eso se hace hasta en el más humilde de los juicios –cuando los hay con derecho al debido proceso- ni administrativo y menos penal! ¿Por qué motivo el ministro Carlos Vallejo, tan sacrificado él, ni siquiera se refiere a lo dicho por Vega Díaz y, en cambio, vocifera con nerviosimo estridente para que se “meta tras las rejas” (evidentemente odia a Julio Espinoza Jiménez) y se cierre el asunto? ¿Así de fácil? ¿Cómo es que el MEF, Ministerio de Economía y Finanzas, suelta el dinero que le pide el SIS, sin la expresa firma de su jefe, Espinoza Jiménez que estaba en Ica y a posteriori recibe la devolución, sin chistar, de lo no usado de aquella partida por varios millones de soles? ¿O, hay que encubrir la manifiesta irregularidad de dar dinero sin que el ex jefe del SIS lo pidiera o porque Vega Díaz, conocido o bajo el paraguas del viceministro José Gilmer Calderón, gozaba de la “confianza” de quienes permitieron la salida de un cheque tan fácilmente?.

¿A quién o a quiénes se está protegiendo? Evidentemente es mucho más fácil ajusticiar a quien todo pareciera sindicar como un chivo expiatorio que tiene que asumir las culpas de todo el mundo porque era el jefe. Pero entonces ¿cómo se hizo este asunto en ausencia del presunto culpable total de las compras, estudio de mercado, pagos, devolución de cheques, etc, si NO estaba en Lima ni firmó documento alguno con esa particular y expresa intención por dinero público? ¿No es hora de investigar a la Dirección General de Tesoro del MEF? Para redondear esta comedia de estupideces usuales en un país que condena así como ama, destroza honras y endiosa a imbéciles químicamente puros, el Partido Aprista, donde el señor Espinoza Jiménez, milita ¡45 años! le retira sus derechos, le condena sin juicio y ni siquiera le invita para escuchar su testimonio! ¿Qué clase de comportamiento es aquél que sentencia sin oír al presunto culpable? O, mejor dicho ¿qué terrores tan extraños merodean en la mente primitiva de quienes ya tienen a sus criminales sin proceso ni investigación? Si se puede dar respuesta, satisfactoria, in extenso, comprobatoria, contundente, a las modestas interrogantes que he planteado y se prueba la responsabilidad material, inspiradora, firmante, administrativa y penal de Julio Espinoza Jiménez, entonces dura lex, sed lex. Pero si nada de esto es cierto, entonces, el médico tiene el derecho absoluto a que su honra sea reivindicada públicamente; podrá el profesional de marras demandar a quienes han pretendido enlodarlo.

Y ¡lo que es peor! el Perú podrá descubrir otra maniobra encubridora más de políticos y burócratas podridos que no entienden que exista aún gente honesta dispuesta a pelear en todos los terrenos con la sola arma de su limpieza y ejecutoria por delante y como garantía de una vida dedicada al bien común. El reto está planteado. ¿Quién o quiénes responden? ¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien! ¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera! ¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz! ¡Sólo el talento salvará al Perú!.