7 de octubre de 2023

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COLETAZOS DEL UN EXTRADITADO LLAMADO FUJIMORI

Por: Andrea Sierra.

24 de septiembre de 2007

(El Mercurio, Chile). Aunque probablemente será encarcelado y sometido a un juicio público, el ex Mandatario y sus partidarios están convencidos de que su llegada a Lima reavivará fuertemente al fujimorismo. Por eso, a pesar de la desfavorable y reciente resolución de la Corte Suprema chilena, hasta se atreven a planear una campaña presidencial para el 2011. Todo, mientras negocian con el gobierno de Alan García un trato especial para él como condición para seguir apoyándolo.

"Carecerá de importancia para mi causa estar detenido o gozar de comparecencia restringida o libertad. Lo medular es que tribunales confiables, que yo lamento no sean de mi país, han de dilucidar, a juzgar recta y objetivamente las acusaciones que presentarán los procuradores del Estado peruano. Esperaré tranquilo lo que serán seguramente meses, porque he esperado años para retornar al Perú".

Pero se equivocó Alberto Fujimori, cuando escribió estas palabras en el libro "Fujimori vuelve", a tres semanas de concretar una decisión que marcaría para siempre su futuro político: elegir a Chile como destino para preparar su regreso a Lima, idea que masticó por cinco años y que concretó en noviembre de 2005. En Santiago estuvo casi dos años.

También erró al pensar que Chile no aceptaría su extradición, apelando a un pasado en el que la justicia chilena se ha mostrado tradicionalmente reacia a conceder este tipo de peticiones.

Si bien algunos cálculos fallaron, lo cierto es que Fujimori no perdió tanto en su paso por Santiago. Como el estratega que sus seguidores dicen que es, el ex mandatario sabía que durante el tiempo que permaneciera en el país quizá estaría detenido y que existía la posibilidad cierta de ser enviado a Lima en calidad de acusado, algo que aún duele entre sus seguidores, como confiesa su hija Keiko (ver entrevista).

Pero como también es político, el "Chino" estaba seguro de que sólo estando en nuestro país lograría su meta más importante: retomar su figuración pública en Perú y volver a ser un actor de peso en la nación vecina, algo que desde la tranquilidad -pero a la vez lejanía- de Japón le resultaba casi imposible.

Y eso lo logró.

Durante este tiempo, su hija y heredera política, Keiko, se convirtió en la congresista con mayor votación en las últimas elecciones parlamentarias peruanas, mientras la bancada fujimorista pasó a ser la mejor aliada del partido de Alan García -el Apra- al darle la mayoría necesaria para gobernar, lo que le confirió un poder superior al que por representación popular le correspondía.

Y en el plano estrictamente judicial, si cuando abandonó el Perú y se refugió en Japón -tras la fuerte crisis política que detonaron los "vladivideos" en el año 2000- había 60 casos acumulados en su contra en la justicia peruana, hoy -tras el último fallo de la Corte Suprema- sólo podrá ser juzgado por siete.

Con todo, la ministra de Justicia de Perú, María Zavala, advierte que el ex gobernante arriesga hasta 35 años de cárcel, considerando que entre los cargos por los que se concedió su extradición se encuentran los dos de mayor gravedad relativos a violaciones de los derechos humanos, "La Cantuta" y "Barrios Altos".

Pese a ello, los cálculos no son negativos. Chile se convirtió en un verdadero "escudo" o "filtro" en caso de que el Estado peruano decida acusarlo por más delitos. Ello, pues todas las demandas nuevas deberán ser aprobadas o rechazadas por el máximo tribunal de Santiago antes de ser vistas en Perú, según explica el procurador anticorrupción Carlos Briceño.

Fujimori se inmola por el fujimorismo

Llegar a Perú prácticamente en calidad de delincuente -esposado y luego preso- es una de las grandes derrotas que le dejó a Fujimori su paso por Chile. Pero sus adherentes se apuran en aclarar que su aterrizaje en Lima, aunque sea como acusado, dará nuevos bríos a su partido.

"Si no era extraditado debía volver a Japón y todo se podía enfriar. Este es un escenario que representa mayor riesgo y es más difícil para él como persona, pero políticamente aviva aún más la llama del fujimorismo", asegura un cercano.

Por eso, la gran prioridad de su bancada en el corto plazo es asegurar un trato digno para su líder. Y la manera de hacerlo fue planeada en detalle durante la tarde del viernes en la casa de su hija Keiko en Lima, mientras Alberto Fujimori enviaba sus indicaciones desde Chicureo.

"Hemos decidido llegar hasta las últimas consecuencias. Toda la generosidad que tuvimos con el Gobierno de Alan García en su momento deberá ser devuelta, si no, romperemos con el Gobierno definitivamente", expresa una alta fuente fujimorista. De hecho, fue Keiko quien inauguró esta nueva etapa, haciendo un llamado público al Presidente García para pedirle que garantice un debido proceso a su padre.

Pero en privado el fujimorismo se jugará también otras cartas para conseguir ese objetivo.

Por ejemplo, la próxima semana se votará en el Congreso la interpelación al ministro del Interior -el mismo que está encargado del tema carcelario de Fujimori en Perú-, Luis Alva Castro. Y el fujimorismo está dispuesto a dejarlo caer, si su líder no es tratado acorde a su condición de ex Presidente.

Adicionalmente, los abogados de Fujimori en Perú pedirán a las autoridades enjuiciarlo en libertad, para no ensuciar su imagen al ser mostrado tras las rejas. Y aunque la ministra del ramo, María Zavala, asegura que eso deberá ser visto por el Poder Judicial, adelanta que su cartera ya prepara un recinto penitenciario público para Alberto Fujimori.

"Creo que ganó el pueblo peruano, porque tiene derecho a la verdad, a saber qué pasó. Se tienen que hacer las investigaciones correspondientes y la autoridad tendrá que emitir las sanciones, que en caso de darse, deberán ser ejemplificadoras", dice.

Pese a ese escenario adverso, los nuevos bríos del fujimorismo dan para más. "El primer objetivo es conseguir condiciones de respeto como ex jefe de Estado; el de mediano plazo es tener un juicio justo y que sea exculpado. Pero el objetivo siguiente es que sea candidato presidencial el 2011", dice un fujimorista que estuvo en las reuniones en casa de Keiko.

Al cierre de esta edición, en la tarde del viernes, Fujimori ya tenía lista su maleta para volver a Perú, e incluso había empacado su guitarra. El juicio en su contra debería partir 24 horas después de su internación en un recinto penitenciario y, según el procurador anticorrupción, debería tardar un máximo de nueve meses.

Ministra de Justicia de Perú, María Zavala: "El juez Álvarez no hizo un buen trabajo jurídico"

La ministra de Justicia de Perú, María Zavala, trabajó hasta última hora del viernes para concluir los detalles del traslado de Alberto Fujimori desde Santiago a Lima. Y aunque algunos están en estricto secreto, adelanta que el ex Presidente será encarcelado en un lugar público y que los planes son hacerlo en una sede del Instituto Penitenciario (Inpe).

Pese a que el fallo de la Suprema disminuyó los casos por los que será juzgado Fujimori, dice estar contenta. "Lo tomamos como una confirmación de la imparcialidad que se le reconoce a la autoridad judicial chilena", afirma.

Sin embargo, su alegría se acaba a la hora de recordar el fallo de primera instancia del juez Orlando Álvarez, quien hace dos meses declinó extraditar a Fujimori y lo dejó libre de toda culpa, pese a la recomendación en contrario dictada por la fiscal Mónica Maldonado.

"Quiero hacer mi reconocimiento a una mujer chilena: a la fiscal Maldonado, pues su informe fue ilustrativo y sus argumentos contundentes. La resolución de Álvarez, en cambio, no fue un buen trabajo jurídico. No comparto su decisión", sostiene a "El Mercurio" desde Lima.

A su juicio, la resolución de la Suprema -de revocar el fallo de Álvarez y avalar la extradición- fue respaldada por "un estudio más profundo y de repente un mejor criterio al de Álvarez, quien no era especialista en el tema penal, que es muy importante para estos casos", sostiene Zavala.

CRONOLOGÍA: Una larga estadía

7 de noviembre 2005: Alberto Fujimori llega al Aeropuerto Arturo Merino Benítez desde Tokio. Se hospeda en el Hotel Marriot y desde allí envía un comunicado "agradeciendo la hospitalidad chilena".

8 de noviembre 2005: Tras un escándalo en La Moneda y las críticas peruanas, en la madrugada Fujimori es llevado a la Escuela de Investigaciones y luego a la Escuela de Gendarmería.

9 de noviembre 2005: La Policía de Investigaciones remueve de sus puestos a dos funcionarios por haber cometido errores de procedimiento en el control migratorio, lo que permitió el ingreso de Fujimori al país.

3 de enero 2006: Perú pide formalmente la extradición del ex mandatario a Lima.

Mayo 2006: Fujimori obtiene la libertad condicional.

Junio de 2006: El Gobierno chileno le ordena mantener silencio para no perturbar las relaciones bilaterales con Perú.

7 de junio 2007: La fiscal Mónica Maldonado recomienda extraditar a Fujimori a Perú. La justicia decide su detención domiciliaria.

11 de julio 2007: El ministro de la Corte Suprema Orlando Álvarez no considera la recomendación de la fiscal Maldonado y rechaza extraditar al ex presidente peruano. El caso pasa a la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema, la cual debe definir el destino de Fujimori.

12 de julio 2007: Fujimori lanza su candidatura para senador en Japón.

29 de julio 2007: El "Chino" no logra un cupo en el Congreso japonés.

12 de septiembre 2007: El Presidente peruano, Alan García, critica el aplazamiento de la determinación de la Corte Suprema, sobre extraditar o no a Alberto Fujimori. "La están haciendo larga", dice.

21 de septiembre 2007: La Segunda Sala Penal de la Corte Suprema emite su fallo definitivo y dice sí a la extradición de Alberto Fujimori a Perú por siete casos.